En medio de un silencio sepulcral, Fobia una de las chilangas bandas favoritas, se presentó la noche del sábado en el Teatro de la Ciudad en el marco de la contigencia ante el Covid 19 en México y la sana distancia.
Al parecer y, como alguna vez lo vaticinara Yuri, la maldita primavera llegó, aunque esta ocasión un concierto vía streaming fue la cura, así como un esfuerzo por parte de la Secretaría de Cultura, su personal operativo, centros y proyectos culturales que formaron parte de él.
Mantener el ánimo arriba parece la tarea a cumplir en estas semanas por venir, a la que se suman el mantener una buena higiene y la necesaria distancia a fin de prevenir más contagios.
Un concierto a puerta cerrada, sirvió como un momento de empatía en el que la pausa en la ciudad se valió de la música y de la unión que ésta genera entre la comunidad. Para quienes tuvieron oportunidad de ver y escuchar el concierto vía streaming, seguramente además de presenciar un show memorable, tanto en formato como por la compañía que ofreció en miles de casas, pudieron reír a merecidas carcajadas al leer los comentarios de los usuarios que se conectaron.
Los comentarios emulaban al espacio público, a cómo este se vive en un concierto cuando pasan los vendedores de bebidas y de comida, los aromas, el aspecto de la gente que se coloca en las primeras butacas e incluso las consignas de los vendedores ambulantes con los que los participantes bromeaban suponiendo que, de encontrarse en vivo, seguro gritarían: ¡lleve su playera del Covid Fest! ¡Pizzas, pizzas, lléve sus pizzas, llévele!
Y es que al final del día, nos extrañamos o echamos de menos esos espacios en los que hemos vivido, en los que se han ganado memorias, en los que nos reconocemos a pesar del caos pues nos han dado vida, memoria, movilidad y anhelos que parecen esfumarse, aunque no es así.
A puerta cerrada, pareciera que otro gallo canta, más cuando un@ ve un teatro vacío, pero al recordar las casas llenas, la esperanza vuelve, porque emula solidaridad, incluso con aquellos que no pueden parar porque si no, no comen.
El dejar el espacio público lo más vacío posible es un acto de solidaridad, un homenaje a esas memorias y, en especial, al presente; en medida de lo posible, se habrá de salir a hacer las compras en las que será siempre ideal tener en mente a nuestro marchante de las flores, a la señora de la tintorería, a quienes permanecen en sus negocios porque de dejarlos, seríamos ingratos.
Es un momento difícil, sí, pero en el que la mejor política pública en materia de salud será el recordar cómo vivimos antes sin tanta tecnología que nos distrajera, incluso si no vivimos en ésas épocas, es un pretexto para despertar la curiosidad y activarla en favor de todos. Para salir adelante.
Gabriela Estrada Espínola es licenciada en Comunicación por la Universidad Simón Bolívar y Maestra en Periodismo sobre Políticas Públicas por el Centro de Investigación y Docencia Económicas, CIDE. Ha colaborado en diversos medios y agencias de publicidad. Twitter: @GabaMaiden
En Sucursal Fauces, tus donaciones son de gran ayuda para continuar haciendo lo que tanto nos gusta, investigar para ti, ofreciéndote un fresco y nuevo periodismo sobre salud mental pública.
Hablamos tu idioma, este es tu espacio.