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Soledad: la sombra de la corrupción

La soledad, además de ser sombra de la corrupción es un estado en el que se sienten sus víctimas al ser abandonadas a su suerte por el gobierno y de frente a una tragedia como la ocurrida en la estación Olivos

En la primera entrega de esta Cobertura Especial, se habló de las sensaciones que genera la corrupción en la ciudadanía, así como de los impactos que ha tenido la paralización de la Línea Dorada del metro tanto para los deudos, como para los usuarios y comunidad en general.

Sucursal Fauces entrevistó a integrantes de la comunidad, entre ellos, comerciantes y vecinos e incluso a visitantes dispuestos a apoyar a los afectados.

Jacqueline Rodríguez, habitante de Tláhuac comentó que su perspectiva en relación a lo ocurrido en la Línea Dorada del metro, le trajo muchos sentimientos debido a que para ella la mayor parte de la ciudadanía considera que es responsabilidad del gobierno, especialmente cuando era ya más que sabido que la línea contaba con malas estructuras, en las que no se reparó si no hasta que sucedió el accidente.

No es justo para las personas que perdieron la vida, ni para las familias que están pasando por esto, no tendrían por qué estar pagando los gastos de lo ocurrido a sus seres queridos”

Jacqueline Rodríguez, habitante de Tláhuac.

Jacqueline comentó también que el trato de las autoridades que se presentaron para atender el suceso, fue totalmente hostil con la comunidad, pues muchas de las ocasiones no se acercaron a platicar con los integrantes de las familias y tampoco les daban informes sobre ellos. Para esta vecina, fue la misma comunidad la que ayudó en preguntar para saber sobre el paradero de los heridos.

Por otro lado, Daniel Ignacio, encargado de un puesto de hamburguesas que se encuentra casi enfrente de donde se cayó el convoy de la estación Olivos, compartió su experiencia con Sucursal Fauces. Daniel señaló que el sentimiento que se comparte entre la comunidad es el de solidaridad, a pesar de que no tienen mucho que ofrecer en materia económica.

Familiares cercanos a este joven comerciante se encontraban en la zona cuando ocurrió el accidente y, lo primero que hicieron, fue salvaguardarse, después salir de la nube de humo que se creó tras la caída y empezar a ayudar a las personas que se encontraban atrapadas.

Daniel Ignacio llegó aproximadamente 20 minutos después de lo ocurrido, momento que recuerda como una serie de imágenes muy feas, debido a la gran cantidad de heridos, personas que perdieron la vida en la tragedia, familiares que buscaban a los suyos entre los fierros, pensando en que muy probablemente venían en ese vagón.

Negocios y gente triste

Actualmente, la gente pasa y se sorprende de ver cómo una construcción de esta magnitud pudo haber fallado y cobrarse tantas vidas. Daniel comparte que afortunadamente nadie en su casa estuvo dentro del convoy, sin embargo, les entristece saber que pudieron ser ellos los muertos o los accidentados, pues regularmente ocupaban la Línea Dorada.

Como Jacqueline, Daniel piensa que los habitantes de la zona apoyaron más que las autoridades, pues a pesar de que las elecciones del 6 de junio están cercanas, no recuerda haber presenciado apoyo de ninguno de los candidatos, quienes se empeñan en prometer un futuro en un presente que apremia soluciones y apoyo. 

Las curvas de las estaciones que conducían de Olivos hacia Tláhuac siempre fueron consideradas peligrosas por los habitantes locales, pues comentan que se sentía de inmediato cómo el metro iba mal; piensan que las autoridades no se harán cargo hasta que pase otra tragedia. La inseguridad en la Línea 12 causaba ya miedo en la comunidad, aunque la falta de recursos para hacerse de otro medio de transporte, los obligaba a usarla. 

También el hecho de que les ahorrara grandes cantidades de tiempo, era otro aliciente para tomar el riesgo, pues como el mismo staff de Fauces lo vivió, se toman más de dos horas en ir o regresar del sitio. Eso sin tomar en cuenta, la gran inseguridad que se vive en el transporte público, ya sea por la rapidez con la que manejan o por los asaltos a mano armada que suelen darse en su interior.

De alguna manera, el metro había mejorado el estilo de vida de la comunidad de Tláhuac, pues antes pasaban por una serie de asaltos e incluso por la mala experiencia de presenciar asesinatos en el transporte público por robo. En ese sentido, el metro los hacía sentirse seguros, seguridad que consideran se mantiene debido al gran despliegue de autoridades que se dio tras la tragedia, pero que los vecinos saben que se acabará en cuanto las autoridades se vayan, la zona quede abandonada y sin metro.

Temen que el robo al transporte público pronto esté de vuelta, también les da miedo pensar en usar el metro de nuevo, aunque saben que la misma necesidad los hará pagar uno de sus boletos, incluso cuando ha dejado una terrible experiencia en sus vidas.

Se supone que viajar en metro era más seguro”,

Daniel Ignacio, comerciante.

Continúa mañana con la tercera y última entrega de esta cobertura especial con: «La Línea 12, un proyecto poco transparente y poco cercano a la gente«.

Gabriela Estrada Espínola es licenciada en Comunicación por la Universidad Simón Bolívar y Maestra en Periodismo sobre Políticas Públicas por el Centro de Investigación y Docencia Económicas, CIDE. Ha colaborado en diversos medios y agencias de publicidad. Twitter: @GabaMaiden

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Línea 12 del metro en CDMX: corrupción e impacto en la salud mental de la ciudadanía

Estrés, indignación, tristeza y ansiedad son parte de los impactos negativos que tiene la corrupción en la salud mental de la ciudadanía.

La angustia psicológica que crea la corrupción tiene diferentes rostros que se reflejan en la inseguridad, la pobreza, la desigualdad, la injusticia y que, en gran medida, se deben a la ausencia de rendición de cuentas. Esto genera estrés, tristeza, pérdidas, indignación, ansiedad y desesperación, una fotografía que hemos visto repetirse en incontables ocasiones en América Latina.

Sobre el accidente ocurrido en el metro el pasado 3 de mayo de 2021, la jefa del gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, informó que se contrataría a una empresa especializada en peritaje externo a través de la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos; dicha empresa es Det Norkse Veritas (DNV-GL), de origen noruego, a la que se le solicitó que contratara expertos de diferentes países para llevar a cabo la investigación de lo ocurrido en la estación Olivos de la Línea 12 del metro.

Pérdidas y solidaridad: a la espera de otra tragedia

El pasado 6 de mayo, Sucursal Fauces realizó una visita a la estación Olivos y, tan sólo el llegar del centro de la Ciudad de México hacia Tláhuac, tomó poco más de dos horas en transporte público. Si las condiciones eran adversas para la comunidad con algún tipo de discapacidad por falta de transporte público adecuado a sus necesidades, ahora es peor.

Quienes llegan a hacer el transbordo en la estación Ermita hacia lo que era la Línea 12, deben salir del metro en dirección norte y caminar en sentido contrario a los autos varias cuadras, que seguramente en la noche resultan peligrosas para quienes transitan solos por ese paso constituido de una curva hendida que cubre a los peatones, haciéndolos vulnerables a los delincuentes.

Incluso para quienes no requieren de ningún tipo de apoyo visual o motriz, el camino es complejo, pues tras caminar al menos cinco cuadras, queda la opción de meterse a la estación Ermita de lado de la Línea Dorada, casi a la altura de la calle Plutarco Elías Calles o atravesarse a la brava Eje 8. Son varias las escaleras que hay que bajar, de las cuales sólo hay una que es eléctrica y es la penúltima para salir hacia el otro lado de la calle.

Audio y video: Sucursal Fauces vía Youtube.

Es en ese punto en el que pasan los camiones que van hacia Tláhuac, ésos que cobran cinco pesos y que están al servicio de quienes se quedaron sin metro de su casa hacia sus trabajos o de regreso a ella. Se ven transitar varias filas de personas que caminan apresuradas entre cubrebocas y caretas; un comerciante local aquel día se quejó de los robos hormiga que se empiezan a dar en la zona a partir del aumento de la afluencia. Le sacaron el celular mientras estaba distraído.

Para no abordar el camión que va atiborrado de gente, tomamos un pesero que iba casi vacío, rápido y furioso, haciendo que cada una de sus láminas flojas se estrujara e hiciera ruidos estruendosos. Finalmente, nos dejó en la estación de Atlalilco en la que tomamos el segundo microbús con dirección a Olivos; más adelante, un par de tipos corpulentos y con voces que rayaban en lo tenebroso, pidieron a los pasajeros agradecer por no robarlos y, en su lugar, recibir gel antibacterial a cambio de unas monedas. A nadie intimidaron, la comunidad de Tláhuac no se arruga fácil.

Audio y video: Sucursal Fauces vía Youtube.

El tráfico no fluía como lo haría cuando estaba en funciones el metro, pues la calle es estrecha y los choferes de las micros sortean el camino entre camiones de basura, autos estacionados en doble fila, ciclistas y peatones. Varias estaciones antes de llegar a Olivos, pares de trabajadores de Grupo SIAT realizaban levantamientos topográficos a lo largo de los bajopuentes de cada estación de metro cercana a Olivos.

En relación a ello, los vecinos aún recuerdan el socavón que se abrió también en avenida Tláhuac tras el sismo de 2017 y por el que, en aquel entonces, dejó de haber servicio en las estaciones Tezonco, Olivos, Nopalera, Zapotitlán, Tlaltenco y Tláhuac.

El colapso anunciado

Fernando Espino, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores del Sistema de Transporte Colectivo, señaló en diferentes entrevistas que desde antes de la inauguración de la Línea 12, el sindicato pidió a través de un oficio y, en las diferentes administraciones del gobierno de la CDMX que se hiciera una revisión minuciosa en cada uno de los tramos, pues los trenes eran muy pesados y más anchos que las vías.

También a través del Sindicato se recomendó que el metro de esa Línea fuera subterráneo y recto en su diseño, observaciones que fueron ignoradas, aún cuando provenían de técnicos especializados del Sistema de Transporte Colectivo Metro, STCM.

Espino comentó también que, además de ser ignorados, los técnicos del STCM muchas veces han sido despedidos por sus directivos, especialmente cuando les indican que hace falta mantenimiento  preventivo y correctivo o la rehabilitación y modernización de las viejas líneas. Básicamente, más allá de la contratación de agentes externos, lo que se requería por parte de la autoridad capitalina y de la dirección del metro era comunicarse con sus técnicos, pues ellos son los que “saben lo que le duele al metro”.

Por su parte, la titular de la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil de la CDMX, Myriam Urzúa, señaló que el costo del peritaje externo tendrá un costo aproximado de 20 millones de pesos y que son 16 los expertos de países como Alemania, España, Estados Unidos, México, Brasil, entre otros, los que participarán en la investigación.


Continúa esta serie de entregas mañana con: «Soledad: la sombra de la corrupción«.

 

Gabriela Estrada Espínola es licenciada en Comunicación por la Universidad Simón Bolívar y Maestra en Periodismo sobre Políticas Públicas por el Centro de Investigación y Docencia Económicas, CIDE. Ha colaborado en diversos medios y agencias de publicidad. Twitter: @GabaMaiden

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