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Frente al suicidio, echarle ganas no sirve de nada

El pasado 10 de septiembre se celebró el día mundial de la prevención del suicidio, mismo que es organizado por la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio, IASP, además de estar avalado por la Organización Mundial de la Salud, OMS.

Tan sólo en 2019, 97,339 personas murieron por suicidio en la región de las Américas, ello conforme a datos de la Organización Panamericana de la Salud, OPS. Escuchar y mostrar interés es la mejor forma de mantener a salvo y de ayudar a un ser querido con pensamientos suicidas. Generar las condiciones para mantenerlo a salvo y recibir tratamiento es obligación del Estado.

El suicidio tiene múltiples causas, como el trastorno depresivo mayor, que a su vez deriva en múltiples patologías como: trastornos de ansiedad, trastornos por consumo de sustancias, trastornos psicóticos o trastornos de personalidad. Puede llevar a la psicosis o impulso por depresión.

El psiquiatra Ricardo Vélez de la Fundación Mexicana de la Lucha contra la Depresión, explica que el trastorno depresivo mayor o depresión, es una enfermedad y no un estado emocional pasajero, en la que existen diferentes cambios biológicos y psicológicos que dificultan la toma de decisiones.

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Vélez detalla que la percepción que tenemos del mundo se basa en nuestros estados de ánimo, tal como lo explica la Triada de Beck a través de tres conceptos en los que cognitivamente un estado de depresión puede generar una visión:

  • Negativa del mundo.
  • De nosotros mismos.
  • Del futuro.

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El futuro y el mundo se visualizan con ese estado de ánimo, por eso se habla de la depresión como enfermedad, que, conforme a la Organización Mundial de la Salud, OMS, es un estado de desequilibrio psicológico y social, a través de alteraciones químicas que no permiten disfrutar de la vida.

Al entender a la depresión como una enfermedad, el “echarle ganas”, es como decirle a una persona con cáncer que le eche ganas y su cuerpo va a funcionar como debería o, decirle a un diabético que se “endulce la vida”.

Molestia y rencor, son sentimientos que pueden afianzarse en ambientes tan adversos como los que genera la pandemia de COVID-19.

La precariedad laboral y económica dificulta que ciertos sectores de la sociedad acudan a terapia, explica el psicólogo y psicoanalista en clínica privada, Enrique Zambrano Ramos, quien subraya que contar con una buena red de apoyo es de gran utilidad para socializar y verbalizar la angustia.

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Por ello, contar con rutinas y espacios de recreación individual, puede jugar como factor para combatir el aislamiento, y la propensión a la depresión.

En materia de prevención del suicidio, Zambrano comenta que el actuar de cada persona en estos casos es muy variable, por eso la función de escucha permite que la persona afectada fluya en un primer contacto. Ello, sin romantizar la experiencia de quien acompaña al afectado, pues llega a ser cansada para quien está alrededor. En la familia de un suicida puede llegar a reinar la desesperación, el enojo y el regaño.

Suspender la crítica, poner atención e invitar a la persona a que vaya y se pregunte por qué está pasando, implica expandir el abanico de situaciones, así como de posibles soluciones.

Conforme a la encuesta ENCOVID-19 de la Universidad Iberoamericana, entre abril de 2020 a marzo de 2021, los efectos de la pandemia en la población mexicana impactaron en materia de empleo, siendo la tasa de desocupación más alta la de 15.5% en mayo de 2020 y de 7.3% en marzo de 2021.

Respecto del ingreso, los sectores más bajos se vieron afectados en un 47%, los medios en un 40% y los altos en un 35%, por ende, la alimentación y la salud mental también fueron impactados, siendo las mujeres las más afectadas, cuyos efectos en la pobreza se considera que tengan incidencia aún más profunda a lo largo de 2021.

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Aunque ayudar a personas en situación de crisis emocional, también es tarea de la sociedad, es el Estado el que tiene la obligación de generar condiciones de bienestar, así como de recepción de tratamiento para quienes lo requieran. La OPS recomienda:

  • Implementar políticas de prevención del suicidio, a fin de analizar la situación y contar con una colaboración multisectorial.
  • Capacitar sobre la prevención del suicidio a los miembros de la comunidad, incluidos los profesionales de la salud, los educadores y los periodistas, con el objetivo de sensibilizar y promover enfoques basados en evidencia, así como de generar conocimiento y aptitudes dentro y fuera del sector salud.
  • Sensibilizar sobre la importancia de la salud mental y el suicidio, reduciendo el estigma, generando financiamiento, vigilancia, además de monitoreo y evaluación.

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Reducir el estigma es tener en cuenta que la depresión no se trata de un problema de voluntad, si no de una alteración de nuestra percepción, que puede afectar nuestro juicio y no hacernos ver más que los peores escenarios.

Un “te entiendo”, un “me preocupas” o un “cómo te ayudo”, apoya al hablar, el acercarnos con empatía es permitir la mejor manera de que la persona con depresión se acerque con nosotros, comparta su estado y entendemos cómo ayudarle, en lugar de juzgarle y entender.

Quizá el sentirse escuchado es el “échale ganas” que se necesita para sentirse apoyado.

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En la transformación de tu vida, tu cuerpo puede ser tu gran aliado

La pena, el miedo, los prejuicios, las condiciones físicas y el aislamiento, nos alejan de la transformación personal y, por ende, del cambio social, es entonces que el antídoto reside en el amor propio, empezando por la gran maquinaria que mueve a todos, el cuerpo

Sonya Renee Taylor es una activista humanitaria y de justicia social, además de fundadora del movimiento “El cuerpo no es una disculpa”, quien sostiene que para transformar al mundo se requiere el incómodo trabajo de transformarnos a nosotros mismos.

En un contexto como el que vivimos desde hace meses debido a la pandemia, una perspectiva como la de Taylor representa una herramienta valiosa por explotar, especialmente cuando se habla de impulsar el cambio social a través de la transformación personal. Sonya resalta en sus conferencias que gran parte de los cambios que ha logrado se dieron de manera accidental y, especialmente, dentro de áreas que le aterrorizaban, pero a través de las que miró los milagros ocurrir.

Siendo que somos humanos viviendo una experiencia humana, el concepto de “heroínas” y de “héroes” nos hace creer que existe una fórmula especial de la que unos pocos gozan, al tiempo que también nos provoca sentirnos solos, viviendo en aislamiento todo lo que nos ocurre, pensando en que es algo que sólo nos pasa a nosotros. En esos casos, Sonya Renee recomienda que se recuerde que se está viviendo una experiencia humana junto con otros humanos, pero especialmente, que tengamos en cuenta la fragilidad que nos compone, que nos une y que es parte de la jornada.

Foto: Pixabay.

“El cuerpo no es una disculpa” es un proyecto digital y una empresa hecha por Sonya Renee Taylor, misma que se dedica al cultivo del amor propio radical y al empoderamiento a manera de herramienta social y de transformación global. Ello, es motivo de que Taylor esté totalmente convencida de que no podemos cambiar al mundo, si primero no nos cambiamos a nosotras mismas (os), es decir, que no podemos salir a construir afuera lo que no hemos construído por dentro. Hacer la paz con nuestros cuerpos y los cuerpos de otros a través de la información, difusión y la construcción de comunidad, se puede adoptar en amor propio radical y traducirse en amor humano radical en acción y en servicio, pero especialmente en un mundo más equitativo y compasivo.

Si se analiza a fondo, el legado de esta activista humanitaria invita a estar consciente de que estar motivados desde el interior, provoca que se quieran hacer más cosas afuera; igualmente, mueve a saber que los cuerpos no son una disculpa de las carencias físicas que se tienen y que, al contrario, se cuenta con opciones para elegir. La vulnerabilidad y la empatía bajo este matiz, también es una invitación a preguntarse: ¿cuántas veces se ha usado al cuerpo como una disculpa para no merecer un lugar o una experiencia positiva?

Las narrativas de culpa, más allá de encapsular a las personas en un círculo continuo de miseria, pueden ser la excusa perfecta para plantearse y saber quién se es y, de una vez por todas, sentirse hermos@, sexy y poderos@, especialmente cuando el mundo afuera dicta quiénes habrían de ser y cómo verse para creer en ellos mismos. Sin embargo, cada individuo necesita contar con un espacio para sentirse bien, sin importar qué y es entonces momento de desvelar qué es lo que impide que ese bienestar provenga desde dentro: ¿pena? ¿miedo? ¿prejuicios? ¿aislamiento? ¿condiciones físicas? ¿condiciones de salud mental? Todos ellos mensajes de cómo el cuerpo de cada persona se presenta en el mundo y, en medio de todo ello, contar con la opción de vivir en un círculo interminable de excusarse de vivir con merecimiento para compartir las disculpas o de lanzarse a la experiencia de vivir el amor y la vida de manera radical.

Foto: Pixabay.

Hoy, Sonya Renee Taylor, podría ser su activista humanitaria favorita en el mundo, especialmente cuando recuerda que el amor propio no sólo cambia a las personas, sino que también es un pase para ir hacia el origen de las cosas, para tener nuevas ideas. “Un amor propio que se transforma, tiene el poder de cambiar nuestras realidades”, subraya Taylor. 

¿Alguien ha visto a un bebé preguntarse por qué tiene unas piernas muy gordas y, por qué no se le quitan? No, el bebé sólo disfruta de su estancia, entonces ¿cuándo se dejó ese enamoramiento y autoconfianza? Ese amor extremo que se necesita en tiempos extremos, como éste con toques de coronavirus por doquier, que necesita amor extremo para retar esas estructuras y experiencias extremas, sabiendo que los resultados de esa falta de amor propio no es sólo personal, sino de un mundo que le falta amor, una relación de empatía, justicia y compasión con otros cuerpos y que a su vez, tiene un impacto en lo político, en lo económico y en lo social. Taylor subraya que ése es el mundo que se vive ahora, un mundo al que le falta amor.

La invitación es encontrar ese algo que cambie y transforme lo político, lo económico y lo social en los sistemas en los que se vive como sociedad, teniendo en cuenta que la noción de amor radical es construir una manera de vivir diferente comenzando por uno mismo. A veces los sistemas nos engañan y nos hacen creer que son diferentes, pero en el fondo siguen siendo lo mismo. Es entonces que el amor propio se puede valer de ciertas herramientas para cambiar esos sistemas como lo son los medios, la tecnología, la justicia social, positividad corporal, desarrollo personal, economía y política, todo ello bajo un mismo marco: el amor propio radical para una transformación global.

Foto: Pixabay.

¿Por qué? Porque cómo una persona se siente, no puede estar separado de la justicia social, de la tecnología, de la economía, etcétera, pues pensar lo contrario sólo margina, al tiempo que empodera las visiones negativas de donde proviene. El contar con una perspectiva integral de uno mismo y del mundo, estimula el cambio social. La relación que se tiene de manera individual con el cuerpo, tiene un impacto personal, social y político.

La pena sobre el cuerpo, puede reconciliarse con el mundo en el que se vive a diario (género, raza, orientación sexual, estado mental actual). Los resultados de la opresión vienen desde los cuerpos y, conforme a esta autora, sin importar de la estructura de la que se hable, pues si algo se tiene en común entre las personas, es que todas cuentan con un cuerpo que vive una jornada diaria en la navegación del mundo.

Ejemplos de ello se han visto en el cotidiano a través del suicidio y la tasa que señala que los hombres son quienes más inciden en éstas; en las imágenes transmitidas por diferentes medios en las que se contempla que la juventud de color es más propensa a ser asesinada por la policía; en la violencia y odio que sufren las comunidades LGBTQ. Es el resultado de que la sociedad tenga conceptos negativos sobre esos cuerpos. ¿Cuántas presidentas y gobernadoras y líderes políticas han existido en el mundo, en comparación con el número de hombres que han detentado el poder? Y si extendemos la misma pregunta a otros sectores como: ¿cuántas personas con capacidades diferentes? ¿cuántas personas con una identidad de género distinta? Es decir, no vivimos problemas personales, son experiencias colectivas.

Foto: Pixabay.

El empoderamiento del cuerpo, empodera el mundo en el que se vive, pues va a favor de la paz, del respeto, del amor propio y de los principios de autonomía, al tiempo que desenmascara los ataques que van contra suya, de esas máquinas e imperios mediáticos que practican el terrorismo contra él. 

Finalmente, Taylor a través de su proyecto, comparte un texto de la filósofa y feminista estadounidense, Grace Lee Boggs: “La gente que está llena de odio en contra de sus opresores o aquella que sólo mira el ‘nosotros contra ustedespueden lograr una rebelión pero no una revolución. Por lo tanto, cualquier grupo que detente poder, sin importar qué tan oprimido sea, no va a actuar de manera diferente a sus opresores mientras no confronten los valores que han internalizado y, de manera consciente adopten diferentes valores.

Gabriela Estrada Espínola es licenciada en Comunicación por la Universidad Simón Bolívar y Maestra en Periodismo sobre Políticas Públicas por el Centro de Investigación y Docencia Económicas, CIDE. Ha colaborado en diversos medios y agencias de publicidad. Twitter: @GabaMaiden

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Cómo generar medidas emocionales de protección frente a la COVID-19

Cuando los sistemas de salud están enfocados en el coronavirus en lo respectivo a presupuesto, recursos materiales y humanos, hacer frente a la salud mental necesita de su reorientación con énfasis en la prevención

El pasado viernes 29 de mayo de 2020, Elmer Huerta, oncólogo, especialista en salud pública y comunicador en salud peruano impartió una charla web en la que abordó en estado de los sistemas de salud en América Latina a través de la Fundación Gabbo.

El también colaborador en temas médicos para CNN en Español explicó que los sistemas de salud son métodos por los cuales la atención médica se financia, se organiza y se entrega a una población, es decir, incluyen accesos que delimitan quiénes los tienen y si son sistemas parejos. Ello se refleja a través del tipo de servicios e instalaciones médicas que ofrecen los gobiernos y, especialmente se define por la cultura e historia de cada país.

Huerta puso como ejemplo el caso de EEUU, país al que clasifica de individualista por ir en contra de la reorientación de su sistema de salud hacia uno de corte preventivo, como el que impulsó en su momento el Obama Care, pues la ciudadanía en su mayoría se opuso a  pagar impuestos para cubrir la salud de otros que no fueran los suyos, motivo por el que hoy tal sistema está siendo desmantelado en el país vecino.

Conforme al oncólogo, y con datos basados en el Banco Mundial, son Cuba (11.71%), Brasil (9.4%) y Uruguay (9.3%) los países latinoamericanos que destinan un mayor porcentaje de su Producto Interno Bruto (PIB) a la salud; en contraste, México sólo dirige un 5.2% a dicha categoría. En resumen, los sistemas de salud habrían de cuidar de las personas, sin embargo, ello no da réditos en materia política, de serlo, si fuese medible, ello se reflejaría en satisfacción, estados positivos y estados afectivos deseables en la ciudadanía y no en lo que vemos ahora en su mayoría: sistemas de salud en los que los tomadores de decisión observan como único resultado útil aquel en el que la salud es medible.

Cuando los servicios preventivos de salud mental parecen más complejos de cuantificar al no dar réditos inmediatos en materia política, vemos que lo social tiene que ver mucho con la pandemia y que 630 millones de personas en América Latina y el Caribe representan el 30% de la población que no tiene acceso a servicios de salud por problemas geográficos o de ingresos, ello conforme a la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

Ante tal escenario, el mejor camino podría apuntar hacia la proactividad, es decir, buscar métodos que en medida de lo posible permeen la falta de protección preventiva, aquella que como se mencionó en líneas anteriores, puede generar estados de satisfacción, estados positivos, mejores estados afectivos y deseables en las personas. 

Foto: Pixabay.

La falta de un guión para enfrentar al coronavirus, en este caso conforme a los síntomas emocionales que produce, nos ofrece un espacio de creatividad para generarnos y compartir herramientas de adaptación y negociación de espacios, en el que los cuidados básicos tomen en cuenta las características de una crisis:

  • Falta de productividad
  • Reducción de autoestima
  • Comparación con personas o ambientes pares en cuanto a herramientas para enfrentar la crisis
  • Dependencia
  • Cambios en la alimentación o en el sueño

El encierro que implica la pandemia y la búsqueda de oportunidades en un ambiente adverso (en apariencia), da la sensación de pérdida de control, haciéndonos más susceptibles. Sin embargo, el mantener actividades habituales y/o lúdicas (como el pintar, hacer ejercicio o realizar alguna actividad de la que se disfrute y que sea alterna a las tareas diarias), puede formar parte de los factores para generar mejores espacios tanto individuales como compartidos. 

Foto: Pixabay.

Yahira Guzmán, Psiquiatra y directora de profesores e investigación de la Facultad de Medicina de la Sabana en Colombia, así como Víctor García, director de la maestría en Periodismo y Comunicación Digital de la misma casa de estudios, impartieron también al cierre de la semana pasada un taller sobre salud mental gracias a la Red Mexicana de Periodistas de Ciencia, The Carter Center y la Fundación Gabbo.

Con base en las medidas emocionales de protección frente a la COVID-19 que compartieron los especialistas, se puede resumir que las relaciones interpersonales ante el estrés y sobre el rendimiento laboral se ven envueltas en:

  • El miedo a ser despedidos
  • Las grandes exigencias de los centros de trabajo que han aumentado durante la pandemia en cuanto a capacidad de respuesta
  • Los estados y herramientas emocionales para llevar una vida personal equilibrada
Foto: Pixabay.

En conclusión, para contar con un bienestar afectivo e interacciones positivas en un contexto nuevo para todos y trabajar sobre la angustia, los problemas en casa, de sueño y resultados poco satisfactorios, Guzmán y García recomendaron:

  • Establecer prioridades (haciendo uso de agendas y cronogramas de actividades)
  • En la expresión emocional tener claridad de cuáles son las dificultades reales 
  • Contar con medidas de higiene del sueño (buenas condiciones para dormir)
  • Tener el mente la justa medida de hasta dónde llegar, cuándo parar y respirar
  • Ser y saber que es bueno en lo que se hace, sin querer controlarlo todo
  • Saber reconocer las propias emociones generadas por trabajo, por personas o por incidentes

Gabriela Estrada Espínola es licenciada en Comunicación por la Universidad Simón Bolívar y Maestra en Periodismo sobre Políticas Públicas por el Centro de Investigación y Docencia Económicas, CIDE. Ha colaborado en diversos medios y agencias de publicidad. Twitter: @GabaMaiden

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Vivir el presente como fórmula para salir del miedo, incertidumbre, ansiedad e insomnio

Higiene del sueño, ejercicio, tomar un poco de aire fresco, así como apelar por datos y objetivos y claros, son apuntados por especialistas en salud mental como factores de equilibrio y bienestar, incluso en situaciones complejas

En medio del autoconfinamiento por la COVID-19, las comunidades afectadas y ubicadas en diferentes partes del mundo se han enfrentado a episodios de incertidumbre y de miedo generados del no saber cómo serán sus vidas cuando llegue el fin de la contingencia en su región y si ello dejará paso para que puedan vivir de manera digna de la mano de sus seres queridos.

Durante el último par de semanas, las conversaciones parecen haber sido orquestadas por tres factores: incertidumbre, ansiedad y miedo. Y no es para menos, cuando parecieran existir pocos elementos que apunten lo contrario. El insomnio y las pesadillas aparecen como las costras de los sentimientos y pesares que el cuerpo guarda inconsciente o conscientemente y que, en definitiva, van dejando señales a las que se pide el poner atención a fin de evitar el que crezcan y nos invaliden emocionalmente.

Afortunadamente, podemos contar con la experiencia de los países que ya pasaron por la crisis de coronavirus en la que se vive actualmente en México, consideraciones de las que podemos echar mano para nuestro favor y el de nuestras comunidades.

Respecto del insomnio y de las pesadillas que parecen rondar cada palmo de las conciencias los últimos días,  Begoña Giner Montagud, psicóloga del Hospital IMED de Gandia en Valencia, España, comentó en entrevista para el sitio web “La Provincia” que el confinamiento en casa derivado de la pandemia comienza a notarse no sólo en nuestros cuerpos, sino también en nuestros mensajes de Whatsapp.

Seguramente algunos lo han notado en alguna llamada o en varios mensajes de texto vertidos entre familiares, amigos y grupos de redes sociales entre los que los temas recurrentes son las pesadillas y el insomnio, así como la correspondiente lista de preocupaciones que genera el paro casi total de actividades y sus posibles consecuencias en la vida de cada uno.

Sin embargo, la dificultad para conciliar el sueño e incluso el sortear de la mejor manera las pesadillas que surgen en estos días, es señalada por Giner Montagud como una alta tendencia a anticiparnos al futuro y la correspondiente ansiedad que esos pensamientos generan en el cuerpo y en el entorno. La psicóloga también afirma que la ansiedad es una percepción totalmente subjetiva que clasificamos como amenaza.

Por ello, para combatir al insomnio y a la ansiedad Giner recomienda el ejercicio, retomar algún hobbie del pasado y, en los mejores casos, organizar videollamadas con amigos y gente cercana para echar unas buenas risas, al tiempo que se empatiza con ellos; reconectar con las emociones de los otros transmite comprensión y por ende, puede ayudar a aliviar los estados de ansiedad y de preocupación constante, señala Giner Montagud.

Por supuesto que la especialista sugiere que cada persona lleve a cabo ejercicios diferentes a fin de encontrar los que le hagan sentir bienestar, en los que contar con la organización de rutinas diarias puede ser antídoto para lograr la sensación de vuelta a la normalidad, una reducción considerable de la ansiedad y la conciliación del sueño.

Lo primordial es el generar ambientes de relajación, en el que el uso de pastillas para dormir sólo quede a consideración de un especialista  que pueda diagnosticar el tratamiento correspondiente. Begoña Giner comenta que hay que pasar cuatro semanas sin descanso o buena conciliación del sueño para considerar el visitar a un médico.

Previo a ello, la especialista apunta como estupendos beneficiarios del sueño:

  • La higiene del sueño (dormir en un ambiente agradable y relajarse antes)
  • Hacer uso de las fuentes que existen en Youtube
  • Música relajante, especialmente para quienes conviven con varios menores de edad en casa
  • Ejercicio
  • Recuperar hábitos que generen tranquilidad
  • Procurar el descansar lo suficiente y ocupar el tiempo libre

Finalmente el recordar que la inactividad, sumada al no poder desconectarse del ambiente laboral que en estos días se funde con lo doméstico, puede el generar que el estado de ánimo se vea alterado, como lo señaló en entrevista para la BBC, Patricia Barato Salvador, psicóloga clínica y coordinadora de proyectos de BH Bienestar, red de expertos en cuidado emocional dentro de las organizaciones.

Ante el autoconfinamiento y la fusión de ambientes en casa, los especialistas recomiendan el limitar la cantidad de noticias que se consumen para evitar la ansiedad que éstas pueden generar en medio de una cobertura nueva para todos los medios.

Con base en lo anterior, elegir fuentes o medios de comunicación confiables, que destaquen por la corroboración de datos y del cuidado de su audiencia a través de contenido de calidad y de valor. Por consecuencia, también contar con descansos de las redes sociales.

Foto: Pixabay/ LoboStudio Hamburg.

Lidiar con pensamiento negativos como el posible riesgo de contagio, pérdida de trabajo, de negocio o de un año entero, generan la incertidumbre de la que se ha venido hablando, misma que resta bienestar y un buen patrón de sueño.

Siendo que son situaciones que no han ocurrido, vivir el presente sin ansiedad, puede constituir la fórmula para salir del miedo y de la incertidumbre, tareas en las que Patricia Barato nos recuerda que concentrarnos en lo que estamos haciendo (estar en casa, tener comida, que mantenemos el trabajo) requiere lograr una regulación, una reestructuración cognitiva, lo que equivale a datos objetivos y reales.

Más allá de un pensamiento positivo, se trata de ser realistas para evitar el miedo (con datos y objetivos reales) y claro, recordar el mantener una rutina, tomar un poco de sol y aire fresco, olvidar las preocupaciones cuando se va a la cama, hacer ejercicio, meditar, relajarse y evitar el dormir tarde viendo redes  series.

En Sucursal Fauces, la salud mental pública es base de sus acciones, por lo que hoy comparte el número de la Brigada Nacional de Atención Psicoemocional a Distancia por COVID-19, misma que forma parte de Psicólogos Sin Fronteras y del Centro de Intervención en Crisis: 55 85 26 18 59 (sin costo) con un horario de Lunes a Domingo de 8:00 a 20:00 horas.

Para comentarios o sugerencias en relación a las publicaciones de Fauces, cuenta con este correo: sfauces@gmail.com 

Gabriela Estrada Espínola es licenciada en Comunicación por la Universidad Simón Bolívar y Maestra en Periodismo sobre Políticas Públicas por el Centro de Investigación y Docencia Económicas, CIDE. Ha colaborado en diversos medios y agencias de publicidad. Twitter: @GabaMaiden

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