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Razones por las que tu salud mental y derechos humanos van de la mano

Debe existir una consulta y acercamiento a la gente para saber sus problemáticas, tarea de la que ya existen talleres con dispositivos de información que intervienen, forman e integran a las personas en respeto a sus garantías individuales

Atender 24/7 a familiares con discapacidad psicosocial puede resultar totalmente imposible en miles de hogares mexicanos, por lo que el Estado mexicano está obligado a generar condiciones para que las personas puedan decidir cómo, con quién y de qué manera tomar las riendas de su vida, para los que debe existir una política de estado y no dejar toda la responsabilidad en las familias, comentó Carlos Ríos Espinosa, investigador de Human Rights Watch para W Radio el pasado 27 de julio.

Finalmente la iniciativa de Ley de Salud Mental promovida por la bancada del Partido del Trabajo no logró colarse en sesión extraordinaria al Pleno del Senado el pasado 28 de julio en gran parte gracias a personas, organizaciones no gubernamentales y organizaciones de la sociedad civil que luchan y están al día sobre el tema como lo son Documenta, Cencos, Yo También, Clínica Condesa, Disability Rights International (DRI México), entre otras.

Foto: Pixabay

Sin embargo, el hablar sobre salud mental a través de leyes y de políticas públicas más claras a penas comienza a esbozarse en el panorama mexicano cuando el regularla se convierte en un diálogo previo que ayude a conocer  a fondo el entorno que rodea al tema, sus implicaciones e impactos y dónde se ponen los dineros, pues en salud mental se gasta poco y se gasta mal. Al respecto, Ángel Salvador, coordinador de Prevención de la Tortura en la organización civil Documenta expuso que:  «Hay que dar importancia al primer nivel de atención y tomar en cuenta que se necesitan ley y buenas políticas públicas, así como inversión en salud mental, especialmente cuando sólo el 2% del presupuesto de salud se destina a salud mental».

Conforme a Carlos Ríos, gran parte de ese 2% se invierte en psiquiátricos, como si todo el problema residiera en la institucionalización de las personas, cuando existen otras aristas como el que una persona pueda tener una dificultad psicosocial y requiera ese tipo de apoyo, mas no de internamiento y para ello se requiere que el presupuesto agendado se distribuya en los lugares necesarios.

Por su parte, el especialista en justicia para personas con discapacidad, Víctor Lizama enfatiza que el proceso de iniciativa de Ley de Salud Mental puede comenzar en el Senado, pero debe existir una consulta y acercamiento a la gente para saber sus problemáticas, tarea de la que ya existen herramientas que fortalecen esos vínculos de comunicación como lo son los talleres con dispositivos de información que intervienen, forman e integran a las personas en respeto a sus garantías individuales, de otra forma sólo sería simulación.

Políticas Públicas en Salud Mental

La lección que dejó la batalla a favor de una salud mental con derechos es que se requiere de una política integral de respeto a éstos, para lo que se requiere una visión más amplia no solamente en casos graves, pues hay matices que deben ser atendidos evitando a toda costa el ir en contra de la  dignidad de las personas. De haberse aprobado la Ley Bañuelos en el Senado, Ríos Espinosa comentó que ello hubiera implicado problemas de afectación a la libertad de las personas, la ausencia de derechos humanos y detenciones arbitrarias con el mero hecho de que alguien considerara que una persona tuviera un trastorno, al grado en que la privación de su libertad fuese de manera indefinida por parte del sector salud por más de 72 horas.

Otra tarea que deja el paro a la iniciativa Bañuelos es el tema de derecho a la salud mental de personas que se encuentran institucionalizadas en centros psiquiátricos, que además es actualmente peligroso al encontrarnos en medio de la pandemia de coronavirus. Dichas personas tienen derecho a vivir e incluirse en la comunidad, además de hacerlo en favor de su salud física y mental, por lo que la reforma que se logre en algún momento debe involucrar a todos los actores, como lo es el sector salud que en ningún momento dió su opinión en relación a la Ley Bañuelos, incluso cuando estuvo a un día de colarse al periodo extraordinario en el Senado.

Como tal la Ley General de Salud sólo dedica un párrafo a la Salud Mental y el tiempo para discutir sobre estos temas ha llegado e involucra también a quienes se encuentran en los ramos de la salud, de la academia, a los expertos, a las ONG´s y a las OSC.

Conforme a éstos últimos las iniciativas de ley relacionadas a la salud mental deben contar con un proceso de consulta extensa, que evite los internamientos involuntarios, a manera de que las políticas públicas relacionadas sean basadas en derechos humanos, así como en la visión de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que comparte que las personas con discapacidades psicosociales pueden recobrar el significado y el sentido de su vida a través del proceso de recuperación y no de que son enfermos con síntomas psiquiátricos que no saben qué hacer de su vida y que por eso se les va a internar y abusar de ellos.

En ese sentido, Ríos Espinosa, señaló que es la inclusión con derechos y no sólo mirada médica y biomédica de tratamiento la que puede dar un enfoque más amplio para el que se necesita tiempo y estudios de cómo se logra cambiar política pública violaciones en contra de voluntad de las personas y en la legislación de la salud mental queda pendiente la Ley de Prevención del Suicidio que promovió la senadora Mónica Fernández Balboa en septiembre de 2019. 

Gabriela Estrada Espínola es licenciada en Comunicación por la Universidad Simón Bolívar y Maestra en Periodismo sobre Políticas Públicas por el Centro de Investigación y Docencia Económicas, CIDE. Ha colaborado en diversos medios y agencias de publicidad. Twitter: @GabaMaiden

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Experiencia internacional apunta a un regreso a la normalidad inseguro por falta de pruebas de COVID-19

La incertidumbre y subestimación de muertes por coronavirus sólo ha permitido hacer comparativos equívocos entre naciones, al no detenerse a comprender cómo se comporta el virus por región y no definir un panorama más claro en materia de políticas públicas

La magnitud de la epidemia sigue oculta  y, ante ello, la certeza de la cantidad de contagios queda en las pruebas de COVID-19 y en el rastreo de contactos. Con base en información provista a finales de abril de 2020, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) señaló que México es el país que realiza menos pruebas para detectar coronavirus.

Para subrayar la importancia de que se realicen las pruebas, el internacionalista y Doctor en Políticas Públicas, Mauricio Meshoulam compartió recientemente en una entrevista para medios, que éstas pueden ayudar a comprender de mejor manera cómo se comporta la COVID-19, además de definir un panorama más claro de hacia dónde se dirige, cuándo va a llegar la vacuna y cómo todo ello habría de guiar nuestro comportamiento, además de medir el impacto económico que el virus tiene en cada país.

Hasta el momento las autoridades sanitarias en México han reconocido que en los reportes oficiales diarios quedan fuera todas aquellas personas que murieron por COVID-19 sin hacerse la prueba, es decir, insisten en que sus cifras oficiales sólo reflejan los enfermos diagnosticados. Por si fuera poco, este lunes 6 de julio, el subsecretario de salud, Hugo López-Gatell informó que en las conferencias de prensa diarias ya no darán las cifras de nuevos contagios y muertes validadas en las últimas 24 horas y que comenzarán con “un nuevo esquema de comunicación”. En resumen, ya no contaremos con los números de evolución de la pandemia, cifras que no sólo se utilizan en México, sino a nivel mundial.

Foto: Twitter @DeniseMaerker
https://twitter.com/DeniseMaerker/status/1280350777618444288?s=08

Que dichas cifras se omitan en las ruedas de prensa nocturnas implica que ya no se mencionen los nuevos casos de contagio por día, ni las muertes reportadas o validadas durante esas veinticuatro horas. Éstas describen el avance del coronavirus en cada país. En contraste, las gráficas de la evolución de la pandemia en México que comparte el politólogo Sebastián Garrido a través de en su cuenta de Twitter, provienen de las bases de datos abiertos publicados por la Secretaría de Salud; las correspondientes al pasado domingo 5 de julio reflejan que tan sólo ese día se registraron 273 defunciones de pacientes por  COVID-19, hecho que significó el segundo incremento más grande para cualquier domingo desde que se publica la base de datos.

Retomando el tema de la relevancia de la aplicación de pruebas, Meshoulam señala que existen dos errores que se cometen a nivel global: el primero reside en hacer predicciones apresuradas y, el segundo, en hacer valoraciones sobre qué países lo están haciendo bien, cuando aún no se comprende todavía el efecto o el impacto dentro de los países. Para muestra, el internacionalista comentó sobre el caso de Suecia, país que siempre surgía como referencia al no haber usado confinamientos en su manejo sobre la crisis de coronavirus. Sin embargo, en comparativa con sus países vecinos, fue el que peor se ha comportado, el que más malos efectos ha tenido: más muertes, más contagios, al grado en que los funcionarios suecos están reconociendo que debieron haber seguido otros caminos.

Lo mismo menciona sobre la experiencia de Israel, país que había llevado bien todo el control y la gestión de la pandemia, al grado en que apuntaba a ser un caso por estudiarse a nivel mundial al haber tenido pocos decesos, hecho que a la fecha se mantiene. Aunque, a últimas fechas, está re-experimentando mayores brotes, motivo por el que sus servicios de salud se podrían colapsar en breve. Ello, conforme al recuento de Meshoulam, quien explicó que tan sólo en unos pocos días el panorama puede cambiar completamente la manera en la que se estudian los casos.

Foto: Twitter Sebastián Garrido @segasi
https://twitter.com/segasi/status/1279959347334914049

Considerando que cada país y economía vive un contexto, evolución y subestimación de muertes distinta respecto del virus, el contar con pruebas, acompañadas de estrategias de aislamiento y seguimiento de contactos puede marcar la diferencia.

La temporada de influenza comienza en octubre en el país, hecho que López-Gatell aprovechó para hacer énfasis sobre la gran posibilidad de que la pandemia de coronavirus se extienda hasta abril de 2021. Al lunes 6 de julio, en México, se reportaron 31,119 muertos y 261,750 casos confirmados acumulados de COVID-19, al tiempo que 17 estados se encuentran en estado de riesgo alto (naranja) y los 15 restantes continúan en semáforo rojo (alerta máxima). Mientras tanto, la ciudadanía mexicana sólo recibirá el número de contagios y de muertes acumuladas, restando claridad sobre el avance diario del virus en el país, al tiempo que todo lo  relacionado con las políticas económicas, políticas y de salud en relación a la pandemia parecen desdibujarse día a día. 

Gabriela Estrada Espínola es licenciada en Comunicación por la Universidad Simón Bolívar y Maestra en Periodismo sobre Políticas Públicas por el Centro de Investigación y Docencia Económicas, CIDE. Ha colaborado en diversos medios y agencias de publicidad. Twitter: @GabaMaiden

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Estudios de opinión pública, potencial herramienta para dimensionar la salud mental en tiempos de COVID-19

Las encuestas constituyen una pequeña radiografía de los efectos de la pandemia sobre la población, en las que emociones, vulnerabilidad y discriminación se han vuelto tema que habrían de considerar las políticas públicas contemporáneas

Sin duda, el coronavirus está afectando la salud mental de millones de personas y dejará secuelas que veremos en los próximos años y, posiblemente, décadas. ¿Cuántas veces ha sentido miedo de enfermarse de COVID-19? ¿Cuántas veces ha tenido una discusión con su pareja, hijos o algún familiar? ¿Cuántas veces ha tenido preocupaciones laborales o económicas?

El estrés, aislamiento social, pérdidas familiares, pérdidas laborales, económicas o temor a ser contagiado siguen impactando nuestras emociones y sentimientos a pesar de que los gobiernos ya están relajando gradualmente la cuarentena. Para tener un esbozo de cómo nuestra psicología ha sido afectada en los últimos meses, los estudios de opinión pública son una buena herramienta que pueden darnos una dimensión de este fenómeno.

Con el objetivo de ilustrar esto, hago uso de información obtenida a través de distintas encuestas en Argentina y, con ello, daré una pequeña radiografía. Primero, detallaré un poco del contexto de la pandemia, después mencionaré algunas emociones que han sentido las personas, posteriormente, continuaré con algunos datos sobre la situación de vulnerabilidad de la mujer y, finalmente, un dato sobre la discriminación.

Foto: Pixabay.

Todo comenzó el pasado 3 de marzo cuando se detectó el primer caso de COVID-19 en la capital Buenos Aires, el 20 del mismo mes el gobierno del presidente Alberto Fernández declaró la entrada en vigor en todo el país del “Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio” (ASPO). A partir de esa fecha, la sociedad argentina ha estado envuelta en la cuarentana más larga de la que sus ciudadanos tengan memoria.

Ante la pandemia, el miedo a enfermarse es el primer sentimiento que surge entre la población. El miedo es una reacción psicofisiológica de los seres humanos frente a un estímulo externo adverso, deriva en otras sensaciones como la desconfianza, preocupación, ansiedad y nerviosismo. La encuesta de la consultora Giacobbe & Asociados del 17 de junio de 2020 hecha a 2,500 personas con dispositivos móviles muestra que 75% de los argentinos tuvo algún nivel de miedo a la COVID-19. La mitad de los entrevistados estaba de acuerdo con prolongar la cuarentena hasta finales de julio, a pesar de que 56% de ellos afirmaron que su economía familiar no aguantaría otro mes.[1]

También, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) realizó una encuesta en 2,600 hogares argentinos, de ella se obtuvo que 36% de los adolescentes presentaron algún sentimiento negativo como estar asustado, angustiado o deprimido. En 20% de los hogares se identificó más enojos y discusiones entre los miembros de las familias que involucraban a los padres, hijos y demás habitantes del hogar.[2]

Foto: Pixabay.

Las mujeres argentinas han sido vulnerables en esta crisis. La encuesta de UNICEF señala que 51% de las mujeres entrevistadas mayores de 18 años expresó que, durante el aislamiento social, tuvo una mayor carga de las tareas del hogar. Las causas de la sobrecarga fueron la limpieza de la casa, la tarea de cuidados, la preparación de la comida y la ayuda con las tareas escolares. Por otro lado, datos del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad apuntan que, a partir del inicio de la cuarentena, tuvieron un incremento de 39% de llamadas telefónicas para brindar atención y orientación a mujeres sobre violencia de género.

Otro fenómeno social que está afectando a la ciudadanía es la estigmatización de padecer COVID-19. Una encuesta online de 1,200 entrevistas de Zuban Córdoba y Asociados muestra que ser portador o sospechoso de esta enfermedad está, en estos momentos, como una de las cinco razones por la que un ciudadano es discriminado en Argentina.[3]

La pandemia está generando sentimientos de ansiedad y estrés tóxico que deriva en daños a la salud mental de la población. Si bien el esfuerzo mayúsculo de los gobiernos ha sido tratar de contener el contagio del coronavirus, también deben incluir políticas públicas encaminadas a recuperar el estado emocional de los grupos más afectados. Generar acciones en el mediano plazo ayudará a evitar el incremento de conductas antisociales como el acoso, agresión, robo, discriminación, consumo de drogas, entre otros.

*Porfirio Cruz Vázquez es especialista en comunicación política y opinión pública.


[1]  El estudio puede consultarse en http://giacobbeconsultores.com/descargas/informeVI_junio_2020_covid19.pdf

[2] https://www.unicef.org/argentina/comunicados-prensa/covid-19-unicef-encuesta-percepcion-poblacion

[3] El estudio puede consultarse en https://zubancordoba.com/portfolio/informe-nacional-junio-2020/

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Día del padre 2020: una celebración en distancia a través de la pandemia de coronavirus

Conforme a las autoridades sanitarias, el vínculo afectivo de padres a hijos este año ha de considerar el nivel máximo de contagios que existe en México en relación a la COVID-19, priorizando la salud por sobre el apego

El tercer domingo de junio se celebra el día del padre y, el 21 de junio de este año está marcado por la pandemia de coronavirus, cuando en el país existe un total de 20,781 defunciones desde que inició la epidemia. Aunque la “nueva normalidad” que comenzó el 15 de junio, marcó la retoma de actividades en diferentes días del mismo mes, también apuntó al mantenimiento de las medidas sanitarias.

Es decir que, de la semana del 15 al 21 de junio 16 estados de la república mexicana transitaron de color rojo al color naranja en el semáforo epidemiológico. Sin embargo, la ciudad de México no se encuentra dentro de esas consideraciones, pues a la fecha constituye una de las entidades con mayor número de decesos, que hoy equivalen a 5,314 muertes, seguida por el Estado de México con 2,457 muertes, así como por Puebla con 916 decesos en total, ello conforme a los recientes reportes de las autoridades sanitarias.

Fue el pasado 19 de junio que la jefa del gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, señaló ante los medios de comunicación que en la capital no se reunieron las condiciones necesarias para que ésta transitara del rojo al naranja en el semáforo epidemiológico y, por ende, ésta se mantendría ante máximo riesgo de la semana del 22 al 28 de junio.

Foto: Pixabay.

Con base en lo anterior, el semáforo rojo indica que los contagios están en su máximo nivel, motivo por el que se recomienda totalmente que, al igual que en el día de las madres, la celebración a los padres se haga desde casa.

Aunque se sabe que la celebración del día del padre se festeja con menos efusividad que la del día de las madres, el momento por el que se pasa, no apunta como ocasión para hacer reuniones, especialmente si entre la concurrencia pueden encontrarse personas pertenecientes a los grupos vulnerables a la COVID-19 como lo son: personas mayores de 60 años, embarazadas, así como quienes padezcan diabetes, hipertensión, obesidad, enfermedad pulmonar (bronquitis, enfisema, asma), personas con VIH y baja carga viral, personas con problemas cardíacos (historial con infartos, arritmias, angina de pecho o malformaciones). Todos ellos son algunos de los ejemplos que tienen mayor riesgo de complicaciones en caso de que contrajeran coronavirus.

Foto: Pixabay.

OMS centra su preocupación en América Latina

Durante la primera semana de junio, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló que el mundo entró a una fase peligrosa ante el virus debido al desconfinamiento; Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS también destacó que mucha gente está cansada de quedarse en su casa, al tiempo que los países están deseosos de abrir su sociedad y su economía. En el caso de América Latina, el virus avanza a pasos agigantados, cuando tan sólo al cierre de la semana pasada en Brasil se reportaron más 1,200 muertos, mientras en México 770, representando los países que registraron más decesos en el mundo, ello conforme a un recuento hecho por el centro de noticias AFP. 

Otro prueba de ello es que, tan sólo a cuatro días después de que iniciara la “nueva normalidad”, aumentaron los casos activos de coronavirus en Puebla, Tabasco y Guanajuato, sumando  un nuevo récord de contagios que da un total de 175,202 casos confirmados acumulados, 23, 567 casos confirmados activos en los últimos 14 días y 20, 781 decesos.

A la fecha la disponibilidad de camas a nivel nacional conforme al reporte de las autoridades sanitarias es la siguiente:

Incluso el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell invitó recientemente a la población a no visitar a sus papás para festejarlos este domingo, ello en razón a que el virus se mantiene activo y de que éste reconoció que la epidemia aún no se acaba y que en México se han superado las estimaciones iniciales de los fallecimientos.

Gabriela Estrada Espínola es licenciada en Comunicación por la Universidad Simón Bolívar y Maestra en Periodismo sobre Políticas Públicas por el Centro de Investigación y Docencia Económicas, CIDE. Ha colaborado en diversos medios y agencias de publicidad. Twitter: @GabaMaiden

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La ventilación mecánica: una esperanza de riesgo ante la COVID-19

Dentro de la esperanza de vida de frente al coronavirus, la ventilación mecánica requiere de especialistas que sepan cómo intubar a los pacientes que lo sufren. El presente trabajo periodístico es resultado de la Beca de Periodismo de Soluciones 2020  con el apoyo de la Fundación Gabo, Solutions Journalism Network y Tinker Foundation

Carlos Antonio Sánchez, Samedi Aguirre, Evelyn C. Ayala y Michelle Morelos formaron una serie de artículos en relación a la ventilación mecánica dentro del contexto de la COVID-19. Hoy en Sucursal Fauces hacemos un breve resumen de las dos publicaciones 

El respiro artificial es un paso inevitable para los pacientes con COVID-19, quienes necesitan que los seden a fin de aminorar el dolor que produce la intubación; ésta se traduce en la colocación de un tubo de plástico flexible en la tráquea, por lo que es condición obligatoria que sean profesionales experimentados los que la lleven a cabo.

Sin embargo, la saturación de hospitales y el colapso del sistema médico en México, ha hecho casi imposible que las intubaciones se lleven a cabo por expertos, especialmente cuando en el país sólo existen 119 médicos especialistas por cada 100 mil habitantes, sumado a que la mayoría de ellos residen en la ciudad de México, ello conforme a la Gaceta Médica de México.

Foto: Pixabay.

Al Síndrome de Dificultad Respiratoria Aguda (SDRA) de los pacientes con coronavirus, se suman las secreciones y la inflamación del tejido pulmonar, por lo que no se inflan de manera correcta. Ello da pie a que el ventilador introduzca aire a una presión mayor a la normal, así como a un reto para el personal sanitario a cargo.

Igualmente, el hecho de que los pacientes tengan obesidad, diabetes, sobrepeso o hipertensión complica aún más la enfermedad. Siendo México un país rebasado por dichas epidemias, se reporta que los pacientes obesos tienden a morir de manera más rápida por el exceso de grasa que provoca que sus pulmones se compriman más y, por ende, que se expandan de manera natural.

Sin embargo, sin la asistencia ventilatoria, los órganos de este tipo de pacientes podrían colapsar al no existir intercambio de gases de manera adecuada y, con ello, faltaría oxígeno para el torrente sanguíneo.

Dentro de la actual problemática en el sistema de salud, se han intubado y ventilado mecánicamente a pacientes con permisos firmados por sus familias, al ser cada minuto valioso. En paralelo, también no sólo se habla de ventiladores, sino del equipo médico que los maneja, en los que existen factores primordiales que deben tener en cuenta como: el volumen del aire (oxígeno que entra a los pulmones), la frecuencia con la que lo hace, la Presión Positiva al Final de la Respiración (PEEP por sus siglas en inglés), más la fracción inspirada de oxígeno (FiO2).

Foto: Pixabay.

Los médicos calculan que dicho volumen a programarse desde el ventilador debe hacerse con base en la estatura del paciente, al encontrarse éstos en el espacio del tórax, de las costillas. En tanto que la PEEP, se calcula con el índice de masa corporal  del paciente.

Es riesgo de la ventilación mecánica consiste en el riesgo de desarrollar lesiones pulmonares; en un paciente crítico con COVID-19 las condiciones pulmonares exigen presiones muy altas, por lo que puede tener consecuencias en la salud de los pacientes si no se vigilan adecuadamente. Sólo puede disminuir si éstos son atendidos por médicos sumamente capacitados en ventilación mecánica, conocimiento que lleva años de práctica, además de conocer la anatomía del cuerpo y sus variantes.

Por si fuera poco, otro problema se suma a la falta de experiencia en materia de ventilación y éste reside en su programación, que en manos no expertas puede generar lesiones.

Foto: Pixabay.

¿Qué deben tener los ventiladores mecánicos para mantener con vida a un paciente?

Ello reside en celdas de oxígeno, electroválvulas e incluso un humidificador, que deben cumplir con los estándares de calidad  y la normatividad señalada por las autoridades sanitarias, además de mantener dichos estándares a lo largo de 15 días, es decir, el tiempo promedio que requiere un paciente con coronavirus para poder respirar de nuevo por cuenta propia. Sin embargo, las partes de un equipo de ventilación varían conforme a su fabricante y su método de diseño, en el que debe ser una constante el que cuente con humidificador, ya que éste calienta el aire tal cual lo haría la nariz.

También debe contar con un filtro antibacterial para evitar la difusión del virus por medio de los tubos que están conectados al paciente. En resumen, un equipo de ventilación puede ser altamente invasivo, por lo que si falla, es más probable que cause daños en lugar de beneficios.

Hasta el momento, el gobierno federal reconoce que la COVID-19 evidenció no sólo la importancia de fortalecer los sistemas públicos de salud, sino también que es impostergable atender el problema agudo que existe en materia de enfermedades crónicas, así como la importancia de emprender acciones que involucren a la ciencia de la mano de la comunicación.

*Puedes leer las dos publicaciones completas en el siguiente par de ligas: 1 y 2 de Animal Político.

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Fake news, COVID-19 y la lucha por nuestra mente

Conforme a la encuesta panel “Mexicanos ante el COVID-19” implementada por Inteligencia Pública y de Mercados- Quality Insight Research, los mexicanos no le creen a las instancias encargadas de preservar y promover su salud y la de sus familias

El periodo de contingencia sanitaria y aislamiento que ha enfrentado nuestro país y el mundo entero en estos primeros meses del año, ha intensificado el impacto negativo de las llamadas fake news o noticias falsas en la salud mental de las personas.

La difusión de este tipo de noticias a través de las diferentes redes de comunicación que existe, propicia la propagación de rumores e información no verificada y ello cumple con diferentes propósitos.

Según el emisor de ésta, las noticias tienen diferentes fines políticos, propagandísticos o publicitarios, motivo por el que llevan en sí un costo en el estado anímico de las personas que las consumen como contenido verídico y, que con base en ellas, toman decisiones en su vida diaria.

Foto: Pixabay.

Desde salir o no salir de casa, hasta mal dormir por temores infundados, el efecto de las fake news, puede derivar también en tomar medidas innecesarias o equivocadas en un intento por conservar la salud, especialmente cuando el temor y el pánico se apoderan de las mentes que cuentan con menos recursos emocionales e incluso informativos para hacerles frente.

Sin información de fuentes verídicas, sin redes de apoyo efectivas y un confinamiento que en ocasiones llega al hacinamiento en muchos de los hogares mexicanos, hablar de esta problemática y actuar con medidas que la confronten se vuelve imprescindible.

Conforme a la encuesta panel “Mexicanos ante el COVID-19” implementada por IPM-QIR (Inteligencia Pública y de Mercados- Quality Insight Research), los mexicanos no le creen a las instancias encargadas de preservar y promover su salud y la de sus familias.

El 12% de la población a nivel nacional aún duda de la existencia del virus SARS-COV2; dentro de este porcentaje de escépticos, las medidas de protección solicitadas por las autoridades federales y locales tienen bajo impacto. Aunado a esto, 70% considera que el gobierno oculta el número real de infectados por el coronavirus.Cabe señalar que la encuesta se aplicó de 12 al 14 de abril de 2020.

Infografía: Inteligencia Pública y de Mercados- Quality Insight Research (IPM-QIR) 

En medio de una situación de crisis como la que enfrentamos desde el mes de marzo, la desconfianza se propaga con mayor facilidad por el estado de incertidumbre que prevalece y si no se tiene confianza en la información oficial, es habitual que se busquen otras voces que respondan al sentido común, a lo que a la mente le hace más sentido.

Por si fuera poco, las teorías sobre el origen y alcance del virus también polarizan a la población que no cuenta con elementos para identificar si son verdad o mentira. Para 48% el coronavirus es una enfermedad de las clases altas; 45% cree que el virus no sobrevive en climas cálidos, 41% sigue creyendo que la enfermedad se transmitió a los humanos a través de un murciélago, que los chinos crearon el virus para afectar a otros países y 37% que el alcohol es más efectivo que el jabón para eliminar el virus.

El leer esta clase de noticias sin las herramientas ni la información necesaria, puede generar comportamientos de seguridad y control excesivos. Hace unas semanas se difundió que algunas personas estaban abusando del uso del cloro para sanitizar espacios con lo que afectaban su sistema respiratorio volviéndolo más vulnerable al contagio de COVID-19..

En contraste, 20% de los encuestados cree que las mascotas pueden transmitir el coronavirus, por lo que no sorprende que los dueños de perros y gatos comenzaran a lavar con cloro las patas de sus mascotas, generándoles también un daño en su piel.

En la misma encuesta, se encontró que el 36% de los participantes cree que el coronavirus se propaga a través del aire, así que es altamente probable que este segmento de la población tenga miedo de siquiera salir al balcón de su casa sin cubrebocas, medida en la que las diferentes naciones y organizaciones a nivel mundial, no han reforzado de manera contundente e informativa ante la población.  

Éstas son sólo algunas de las noticias que circularon ampliamente durante las últimas semanas, generando un exceso de información que instancias como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) han denominado como “infodemia”, una epidemia de información en tiempo real con potencial de afectar la conducta y emociones de quienes se ven envueltos en ella. 

Foto: Pixabay.

La psicología y neuropsicología han comprobado que este tipo de noticias también activa una respuesta de alarma en el organismo, lo que puede provocar ansiedad, preocupación, miedo, angustia, depresión y respuestas irracionales, de defensa y conservación.

Recientemente, un audio comenzó a circular por WhatsApp para alertar de que el gobierno rociaría un líquido con coronavirus para infectar a las poblaciones. En Chiapas, en el municipio de Venustiano Carranza, un rumor similar advirtió que drones estaban dispersando sustancias tóxicas, a manera de “ataque químico” para acabar con la vida de las personas del municipio, lo que provocó disturbios, incendios y saqueos. 

Por lo anterior, no es posible pasar por alto esta problemática en el ámbito digital, pues su impacto deriva en la realidad del mundo físico. La mejor vacuna y remedio para estas afectaciones siempre será la información de fuentes verificadas y entender que todo lo que perciben nuestros sentidos tiene potencial de configurar nuestras acciones.

* Jessica García Pacheco es Directora de proyectos en IPM, Investigación Estratégica Social.

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Encontrar lo extraordinario en lo ordinario puede ser un factor para enfrentar lo desconocido

Una época “tan única” como la que se vive, muy posiblemente requiera el contemplar las situaciones de manera diferente, especialmente cuando no existe ningún guión previo en un contexto marcado por el coronavirus

Dejar de asumir lo cotidiano como familiar, toma sentido cuando dentro de la misma experiencia existe una perspectiva de cómo lo vivimos. Esto significa quitarse las gafas de lo familiar y comenzar a usar las de “lo desconocido”, por supuesto como lo haría cualquier buen explorador, por partes, y no en su totalidad.

Dentro de ese contexto, la NYU Shangai es la primera universidad de investigación chino-estadounidense fundada en 2012 por la Universidad de Nueva York y la Universidad Normal del Este de China, con apoyo de la ciudad de Shangai y del distrito de Pudong. En dicha casa de estudios, el economista Adam Brandenburger es director del programa de Creatividad e Innovación, quien recomienda que es importante mirar al mundo de maneras diferentes a cómo las ven las demás personas, pues ello representa una forma de encontrar oportunidades en donde otros las pierden. 

Brandenburger enfatiza la relevancia de mirar lo que nos rodea de maneras que escapan a otras personas, ejercicio para el que recomienda la “desfamiliarización”, a fin de llegar al proceso de crear una continuidad distinta para que el flujo de perspectivas genere una nueva visión. Como buen docente y economista, Adam invita a que desfragmentemos el mundo en el campo que nos encontremos: las artes, los negocios, en casa, desde el colegio a fin de encontrar lo revolucionario y lo nuevo en cada uno de sus detalles. El académico también nos comparte una estupenda referencia en la que recuerda aquella vez en la que el famoso investigador Sherlock Holmes le dijo a Watson: “Tu ves, pero no observas”.

Foto: Pixabay.

Conforme a lo recomendado por Brandenburger, el esfuerzo no sólo reside en pensar, sino también en ver las situaciones de manera diferente y, con base en el contexto que se vive por la pandemia de la COVID-19, ello puede constituir uno de los caminos para hacer frente a esta experiencia para la que no existe guión previo. 

A lo largo de los últimos meses, el entorno contemporáneo se ha caracterizado por el aumento de la incertidumbre, misma que parece ser el común denominador de los estados mentales a nivel mundial, en los que la ansiedad, el miedo y el estrés son los dictadores mayormente identificados en la población afectada. Una época “tan única” como la que se vive, muy posiblemente requiera el encontrar lo extraordinario en lo ordinario como factor para enfrentar lo desconocido en un contexto marcado por el coronavirus.

Los pensamientos y sentimientos formarían entonces parte del reto y un arma para revertir los efectos de la incertidumbre, sus orígenes y derivados. Es entonces que el camino de observar las situaciones con ojos nuevos que comparte Brandenburger podría ser una oportunidad, sino mágica, sí gradual de cambiar las visiones, hábitos y experiencias en las que opera nuestro cerebro.

Foto: Pixabay.

En contraste, dentro de las escenas de racismo, clasismo y delincuencia policiaca que se han vivido en diferentes partes del mundo durante las últimas semanas, encontramos a Septima Clark, a quien Martin Luther King consideró como madre del movimiento de los derechos civiles en EEUU. Clark es conocida por combatir de manera pacífica la discriminación racial, así como por crear las Escuelas de Ciudadanía, no con el mero objetivo de que la población afroamericana contara con los conocimientos básicos como el saber leer o escribir e incluso empoderarse, sino para votar.

Katherine Mellen Charron, una de las biógrafas y especialistas sobre la vida de Clark, subrayó en entrevista para la BBC de Londres que las escuelas creadas por la educadora y activista ayudaron a cambiar por dentro a las personas que formaron parte de ellas, no porque éstas les dieran un discurso inspirador que les empujara a arriesgar sus vidas y sustentos, sino porque abordaban problemas de su vida cotidiana, ganando capacidad para hacer cambios dentro de ella.

Contar con una mente clara y decidida, especialmente en tiempos de caos, es un acto ya de por sí disruptivo, pues requiere de habilidades para colaborar y canalizar energías hacia el cuidado de los demás, incluso cuando la atención hacia uno mismo es ya el primer reto y tarea de transformación.

Foto: Pixabay.

¿Cómo has enfrentado tus miedos y experiencias? Charron señala que el cambio requiere tiempo y, especialmente, resistencia. 

Gabriela Estrada Espínola es licenciada en Comunicación por la Universidad Simón Bolívar y Maestra en Periodismo sobre Políticas Públicas por el Centro de Investigación y Docencia Económicas, CIDE. Ha colaborado en diversos medios y agencias de publicidad. Twitter: @GabaMaiden

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Día de las madres: una oportunidad de demostrar amor a distancia en tiempos de coronavirus

Sentir el amor entre madres e hijos hoy toma un nuevo cauce que pone a prueba al balance emocional y las tradiciones de frente al panorama de salud pública que se vive de frente a la pandemia

Mantener la salud en el mejor estado ha sido una invitación que las autoridades han hecho a la comunidad a fin de respetar la sana distancia y de evitar el riesgo de contagio por coronavirus durante el día de las madres. En esta fecha cuando México se encuentra en la Fase 3 y durante un momento de aumento de casos de la COVID-19, el  demostrarse amor entre madres e hijos adquiere un matiz distinto que se vive en diferentes escenarios, ninguno de ellos fácil del todo.

El pasado 21 de abril inició la Fase 3 en México, aprobada por el Consejo de Salubridad General, ésta con base en evidencia de brotes activos y propagación en el territorio con más de mil casos. Esta fase se caracteriza como epidémica, en la que hay brotes regionales y dispersión nacional de la enfermedad, por lo que se vive la puesta en marcha de un protocolo sanitario más severo como lo es la cuarentena generalizada.

Actualmente tanto la Ciudad de México (9,218 casos) como el Estado de México (5,710) son epicentro de contagios en el país. En tercer lugar se encuentra Baja California con 2,365 casos. Conforme a los reportes actuales de la Secretaría de Salud (Ssa), en México se han presentado 193 decesos y 1,928 nuevos contagios tan sólo durante las últimas 24 horas; en suma existen a la fecha 33,460 casos positivos de coronavirus y un total de 3,353 muertes. 

Foto: Pixabay.

En contraste, en medio de los diferentes escenarios de importación, dispersión comunitaria, así como epidémicos, quienes son mamás en etapa laboral en México seguramente en la mayoría de los casos no sufran la separación que implica la jornada de sana distancia por la COVID-19 y, muy por el contrario, cuenten con una carga de trabajo más grande.

Una encuesta realizada por el periódico Reforma del 3 al 6 de mayo entre 400 madres de familia señala que el 70% de las encuestadas consideran que su trabajo en casa ha aumentado debido al confinamiento, aunque el 56% de ellas perciben que la integración familiar se ha reforzado, contra un 34% que creen que la interacción familiar continúa igual y un 10% que evalúa que ésta ha empeorado mucho.

Por otro lado tenemos a las madres que hacen honor a su día como cualquier otro, saliendo a la calle, realizando sus labores cotidianas y entre las que encontramos dentro del primer frente al personal de limpieza, enfermeras y doctoras, seguidas de empleadas en las áreas de servicios, como lo son policías y cajeras en tiendas de autoservicio, así como quienes trabajan para aplicaciones como Uber o Cornershop, por mencionar algunas. También existen las que han perdido a sus hijos y quienes no dan tregua a su búsqueda incluso en medio de la pandemia. Por supuesto y de manera especial, también tenemos en cuenta a las que por alguna razón han perdido a alguno de sus hijos, a quienes abrazamos en la distancia con todo el amor del mundo.

Foto: Pixabay.

Por encima de la variedad de escenarios que existen en relación a la celebración del día de las madres este año 2020 bajo el contexto del coronavirus, siempre existe una forma de demostrar amor en la distancia a través de una llamada, un detalle, el desayuno en cama y las diferentes maneras que existen para agradecer y demostrar a todas esas mujeres valientes que decidieron ser madres con todo lo que ello conlleva.

En medio de las grandes cargas de trabajo, de dolor y de los diferentes tipos de separación que se han dado en este complicado periodo, sentir el amor entre madres e hijos hoy toma un nuevo cauce que pone a prueba al balance emocional y las tradiciones de frente al panorama de salud pública que se vive de frente a la pandemia.

El confinamiento, la distancia social y las emociones catastróficas que en ocasiones pueden generarse a raíz de éstos, siempre pueden reducirse con una muestra de afecto, sino en un cien por ciento, de menos ayudan a gestionar la desesperanza y a saber que a pesar de cualquier distancia vivimos en el corazón de quienes amamos. Siempre. 

Gabriela Estrada Espínola es licenciada en Comunicación por la Universidad Simón Bolívar y Maestra en Periodismo sobre Políticas Públicas por el Centro de Investigación y Docencia Económicas, CIDE. Ha colaborado en diversos medios y agencias de publicidad. Twitter: @GabaMaiden

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Amor y tecnología: decir adiós en medio de la contingencia sanitaria

Aunque la globalización ha hecho del mundo un lugar hiperconectado, en los mejores casos, la tecnología nos ha acercado, especialmente cuando no hemos podido abrazarnos

Encontrar alegría en medio de la pandemia pareciera una tarea de locos, sin embargo es una actividad que apela al amor y al cuidado de la salud mental propia. La cosa parece empeorar cuando a la mitad de todas esas circunstancias que constituyen el caos, un ser querido se va y comenzamos a preguntarnos cómo y de dónde podemos tomar más fuerza para seguir adelante a través de la incertidumbre y del frío en el corazón.

Adaptarse como camaleones a las circunstancias puede incluso hacer que podamos abrazarnos de nuevo con más fuerza y, parte de ello, lo podemos lograr hoy a través de la tecnología. Cuando las mañanas entre semana se vuelven un maratón de juntas ejecutivas vía Zoom y sólo logramos ir por un vaso con agua para poder hablar sin que la voz o la mirada se nos torne como la del protagonista de El Padrino, también llegan los días de pausa en los que podemos descansar. Incluso llegan aquellos que no queríamos tomar, porque sabíamos que iban a rompernos el corazón con la partida de un ser querido.

Sin embargo, es cuando las herramientas tecnológicas dejan de torturarnos para acercarnos a aquellos que quisiéramos abrazar y que debido a la contingencia sanitaria o a las grandes distancias, no podemos ver de frente. Esta semana partió mi prima hermana Laura, quien siempre fue más mi hermana que mi prima; ella tenía capacidades diferentes y, algo que la hacía única era su gran inocencia, su embriagante sinceridad y su ingenio para hacer reír a los demás con sus ocurrencias.

Foto: Pixabay.

Todo pasó durante la contingencia, por lo que era doloroso el no poder abrazarnos entre familiares, amigos y parejas, al tiempo que nos veíamos sufrir, pues Chonita (como le llamábamos de cariño a Laura) había luchado por meses contra un cáncer muy agresivo.

Al breve correr de los días, se organizaron dentro de la familia sesiones de Zoom en honor a ella, a fin de que, en sana distancia, oráramos por su descanso, al tiempo que se compartían anécdotas de las miles de ocasiones que nos hizo feliz y en las que también fue inmensamente amada por cada uno de nosotros. Cámaras chuecas, ruidos de cables, la toma de una tía fumando un cigarro mientras trataba de que su celular no se cayera e interrupciones entre las pláticas de quien en ese momento hablaba fueron parte de una nueva forma de encontrarnos, de decir adiós en medio de la contingencia. Una combinación de amor y tecnología que nos acercó cuando no podíamos hacerlo.

Cuando el nuevo escenario de la COVID-19 ha empujado a que gobiernos y sociedades tomen medidas urgentes en rápida implementación de políticas públicas, que en los mejores casos logren impactar de manera positiva diferentes campos de la vida en el mundo, nosotros como personas tenemos la tarea de cuidarnos, de abrazarnos, no sólo como una muestra de afecto y cercanía, sino también con el objetivo de poner un límite a los impactos de la pandemia en nuestros cuerpos y estados mentales.

Foto: Pixabay.

Contrarrestar el aislamiento, más que radicar en la cursilería, apela a la empatía, así como a la apertura ante aquellos en quienes confiamos a fin de facilitarnos el amor y la existencia, especialmente en los momentos que parecieran ser los más abismales.

Hoy fue una gran iniciativa el organizar una reunión en Zoom para facilitar el funcionamiento del sistema familiar, mañana lo puede ser el tomar las medidas suficientes y necesarias que nos permitan diagnosticar y prevenir todas aquellas carencias y ausencias que se han marcado por el distanciamiento social.

Gabriela Estrada Espínola es licenciada en Comunicación por la Universidad Simón Bolívar y Maestra en Periodismo sobre Políticas Públicas por el Centro de Investigación y Docencia Económicas, CIDE. Ha colaborado en diversos medios y agencias de publicidad. Twitter: @GabaMaiden

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Vivir el presente como fórmula para salir del miedo, incertidumbre, ansiedad e insomnio

Higiene del sueño, ejercicio, tomar un poco de aire fresco, así como apelar por datos y objetivos y claros, son apuntados por especialistas en salud mental como factores de equilibrio y bienestar, incluso en situaciones complejas

En medio del autoconfinamiento por la COVID-19, las comunidades afectadas y ubicadas en diferentes partes del mundo se han enfrentado a episodios de incertidumbre y de miedo generados del no saber cómo serán sus vidas cuando llegue el fin de la contingencia en su región y si ello dejará paso para que puedan vivir de manera digna de la mano de sus seres queridos.

Durante el último par de semanas, las conversaciones parecen haber sido orquestadas por tres factores: incertidumbre, ansiedad y miedo. Y no es para menos, cuando parecieran existir pocos elementos que apunten lo contrario. El insomnio y las pesadillas aparecen como las costras de los sentimientos y pesares que el cuerpo guarda inconsciente o conscientemente y que, en definitiva, van dejando señales a las que se pide el poner atención a fin de evitar el que crezcan y nos invaliden emocionalmente.

Afortunadamente, podemos contar con la experiencia de los países que ya pasaron por la crisis de coronavirus en la que se vive actualmente en México, consideraciones de las que podemos echar mano para nuestro favor y el de nuestras comunidades.

Respecto del insomnio y de las pesadillas que parecen rondar cada palmo de las conciencias los últimos días,  Begoña Giner Montagud, psicóloga del Hospital IMED de Gandia en Valencia, España, comentó en entrevista para el sitio web “La Provincia” que el confinamiento en casa derivado de la pandemia comienza a notarse no sólo en nuestros cuerpos, sino también en nuestros mensajes de Whatsapp.

Seguramente algunos lo han notado en alguna llamada o en varios mensajes de texto vertidos entre familiares, amigos y grupos de redes sociales entre los que los temas recurrentes son las pesadillas y el insomnio, así como la correspondiente lista de preocupaciones que genera el paro casi total de actividades y sus posibles consecuencias en la vida de cada uno.

Sin embargo, la dificultad para conciliar el sueño e incluso el sortear de la mejor manera las pesadillas que surgen en estos días, es señalada por Giner Montagud como una alta tendencia a anticiparnos al futuro y la correspondiente ansiedad que esos pensamientos generan en el cuerpo y en el entorno. La psicóloga también afirma que la ansiedad es una percepción totalmente subjetiva que clasificamos como amenaza.

Por ello, para combatir al insomnio y a la ansiedad Giner recomienda el ejercicio, retomar algún hobbie del pasado y, en los mejores casos, organizar videollamadas con amigos y gente cercana para echar unas buenas risas, al tiempo que se empatiza con ellos; reconectar con las emociones de los otros transmite comprensión y por ende, puede ayudar a aliviar los estados de ansiedad y de preocupación constante, señala Giner Montagud.

Por supuesto que la especialista sugiere que cada persona lleve a cabo ejercicios diferentes a fin de encontrar los que le hagan sentir bienestar, en los que contar con la organización de rutinas diarias puede ser antídoto para lograr la sensación de vuelta a la normalidad, una reducción considerable de la ansiedad y la conciliación del sueño.

Lo primordial es el generar ambientes de relajación, en el que el uso de pastillas para dormir sólo quede a consideración de un especialista  que pueda diagnosticar el tratamiento correspondiente. Begoña Giner comenta que hay que pasar cuatro semanas sin descanso o buena conciliación del sueño para considerar el visitar a un médico.

Previo a ello, la especialista apunta como estupendos beneficiarios del sueño:

  • La higiene del sueño (dormir en un ambiente agradable y relajarse antes)
  • Hacer uso de las fuentes que existen en Youtube
  • Música relajante, especialmente para quienes conviven con varios menores de edad en casa
  • Ejercicio
  • Recuperar hábitos que generen tranquilidad
  • Procurar el descansar lo suficiente y ocupar el tiempo libre

Finalmente el recordar que la inactividad, sumada al no poder desconectarse del ambiente laboral que en estos días se funde con lo doméstico, puede el generar que el estado de ánimo se vea alterado, como lo señaló en entrevista para la BBC, Patricia Barato Salvador, psicóloga clínica y coordinadora de proyectos de BH Bienestar, red de expertos en cuidado emocional dentro de las organizaciones.

Ante el autoconfinamiento y la fusión de ambientes en casa, los especialistas recomiendan el limitar la cantidad de noticias que se consumen para evitar la ansiedad que éstas pueden generar en medio de una cobertura nueva para todos los medios.

Con base en lo anterior, elegir fuentes o medios de comunicación confiables, que destaquen por la corroboración de datos y del cuidado de su audiencia a través de contenido de calidad y de valor. Por consecuencia, también contar con descansos de las redes sociales.

Foto: Pixabay/ LoboStudio Hamburg.

Lidiar con pensamiento negativos como el posible riesgo de contagio, pérdida de trabajo, de negocio o de un año entero, generan la incertidumbre de la que se ha venido hablando, misma que resta bienestar y un buen patrón de sueño.

Siendo que son situaciones que no han ocurrido, vivir el presente sin ansiedad, puede constituir la fórmula para salir del miedo y de la incertidumbre, tareas en las que Patricia Barato nos recuerda que concentrarnos en lo que estamos haciendo (estar en casa, tener comida, que mantenemos el trabajo) requiere lograr una regulación, una reestructuración cognitiva, lo que equivale a datos objetivos y reales.

Más allá de un pensamiento positivo, se trata de ser realistas para evitar el miedo (con datos y objetivos reales) y claro, recordar el mantener una rutina, tomar un poco de sol y aire fresco, olvidar las preocupaciones cuando se va a la cama, hacer ejercicio, meditar, relajarse y evitar el dormir tarde viendo redes  series.

En Sucursal Fauces, la salud mental pública es base de sus acciones, por lo que hoy comparte el número de la Brigada Nacional de Atención Psicoemocional a Distancia por COVID-19, misma que forma parte de Psicólogos Sin Fronteras y del Centro de Intervención en Crisis: 55 85 26 18 59 (sin costo) con un horario de Lunes a Domingo de 8:00 a 20:00 horas.

Para comentarios o sugerencias en relación a las publicaciones de Fauces, cuenta con este correo: sfauces@gmail.com 

Gabriela Estrada Espínola es licenciada en Comunicación por la Universidad Simón Bolívar y Maestra en Periodismo sobre Políticas Públicas por el Centro de Investigación y Docencia Económicas, CIDE. Ha colaborado en diversos medios y agencias de publicidad. Twitter: @GabaMaiden

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