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Sociedad y Bienestar

Reporte Mundial de la Felicidad 2025: ¿México realmente vive bien?

Cuando hablamos de bienestar, muchas veces pensamos en tener un buen trabajo, un ingreso estable o acceso a servicios básicos. Pero, ¿eso es suficiente para decir que vivimos bien? ¿Qué otros factores influyen en cómo nos sentimos en el día a día?

Gran parte de las respuestas las podemos encontrar en el «Reporte Mundial de la Felicidad”, que es un informe anual, publicado por el Centro de Investigación sobre Bienestar de la Universidad de Oxford en colaboración con Gallup y la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, que clasifica a los países según las evaluaciones de vida autoevaluadas por los encuestados.

Para el análisis de los resultados en América Latina, el EQUIDE de la Universidad Iberoamericana invitó a expertos en el tema calidad de vida y qué podemos hacer para mejorarla, entre los que se encuentran: el Dr. Mariano Rojas (TecNM, México); la Dra. Graciela Teruel Belismelis, Directora de la División de Estudios Sociales de la Universidad Iberoamericana; la Dra. Lina Martínez (ICESI, Colombia), el Dr. Gerardo Leyva (EQUIDE, Ibero) y el Dr. Roberto Castellanos (UNAM, México), además de los comentaristas Pablo Villatoro (CEPAL) y Sofía Ramírez (México, ¿Cómo Vamos?).

En este espacio, la Dra. Graciela Teruel Belismelis, el Dr. Mariano Rojas y el Dr. Gerardo Leyva Parra compartieron ideas clave sobre el bienestar, no sólo hablando de números y estadísticas, sino de lo que realmente hace la diferencia en nuestra felicidad: la salud emocional, la seguridad, la educación y el sentido de comunidad.

Recorrido por el mundo del Bienestar Subjetivo 

Lo que terminó por medir el avance del progreso fue el Producto Interno Bruto (PIB), extendido alrededor del mundo a partir de la segunda mitad del siglo XX. Simon Kuznets, economista y estadístico estadounidense de origen ruso, aunque fue su creador, reconoció en su momento que el PIB no determina el bienestar de una región, pues tiene un alcance limitado en las transacciones de mercado. 

El bienestar va mucho más allá de lo que se puede comprar

El PIB, visto desde la perspectiva de Robert Kennedy en su discurso de la Universidad de Kansas (1969), cuenta todo, excepto aquello que hace que la vida valga la pena, pues incluye la promoción de productos que van de los cigarros a la producción de armas y la tala de bosques, pero no toma en cuenta nuestra voluntad, ni nuestras agallas, ni nuestra sabiduría por nuestro país. Mucho menos la salud, ni la alegría, ni nuestro disfrute.

La otra alternativa para trascender al PIB, es el reporte de la Comisión Stiglitz-Sen-Fitoussi, presentado en 2009. Plantea una visión amplia de progreso y bienestar que considera tres vertientes: el progreso económico, la sostenibilidad de las actividades humanas y  la calidad de vida, en la que el reporte reconoce a las libertades y capacidades y a la perspectiva psicológica (enfocada en el bienestar subjetivo). 

Medir la calidad de vida a través de las experiencias 

La Dra. Graciela Teruel Belismelis, Directora de la División de Estudios Sociales de la Universidad Iberoamericana, considera que “hay que ir más allá de los promedios, además de reconocer las desigualdades existentes en el ámbito subjetivo. El reporte mundial sobre la felicidad, nos acerca a ese conocimiento y nos invita a lograr conexiones efectivas con otras personas, a construir una mejor calidad de vida”.

¿Cómo medir algo tan subjetivo como la felicidad? 

El Dr. Mariano Rojas, profesor investigador del Tecnológico Nacional de México señala que es importante saber cómo vive una persona en cuanto a satisfacción, estados afectivos, el trabajo, la familia, el tiempo libre y, que para ello, existen los once lineamientos para medir el bienestar subjetivo de la OECD, en los que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) ha sido uno de los pioneros en adoptar desde el año de 2012.

¿Qué está pasando con la felicidad?

El Reporte Mundial de la Felicidad aprovecha la Encuesta Gallup -aplicada en más de 100 países- calcula promedios, desviaciones estándar y criterios de desigualdad, logrando un ranqueo de países sobre el nivel de satisfacción de vida de las personas, además de comparativos en sus escalas de felicidad. 

La Encuesta Gallup condiciona los valores que miden al Reporte de Felicidad y Gallup no mide variables que se consideran factores de relevancia como: la expectativa de vida, la generosidad, la corrupción, el ingreso, la libertad o el apoyo social. Cada año el Reporte profundiza sobre algún tema, este 2025 es “Caring and Sharing” o “Compartir la vida con otros”.

Cuando se habla de manifestaciones de afecto a los demás, se habla de la importancia de los otros y otredad, del aprecio a los otros, en medio de un contexto con gran población mundial, en contraste con la indiferencia, la desconexión, relaciones superficiales, utilitarias y el constante aumento de la soledad.

Relaciones más despersonalizadas, mercantiles

En el fondo, es un problema del tipo de relaciones humanas que se promueve en las sociedades modernas, en las que el mercado las despersonaliza haciéndolas  instrumentales y poco gratificantes. Las necesidades que contribuyen más a la satisfacción humana son el amor y la pertenencia.

Sentirse parte de un grupo, sentirse apreciado e incluido, no sólo tiene que ver con ser aceptado en la sociedad, sino también tiene que ver con contar con vivienda, seguridad social y con salud. La importancia del vínculo con otros en la infancia, en el trabajo, en la colonia son muy importantes, pero difícilmente podemos entender lo que sucede en sociedades que no conocemos y por esa misma razón no podemos pedirle a economistas anglosajones o de origen europeo que entiendan lo que está pasando en América Latina

En este caso, la felicidad es algo serio, forma parte de las decisiones vitales de la gente, como la decisión de migrar, cambiar de trabajo, manifestarse de consumir drogas. Incluso la decisión de votar por partidos nuevos o el discurso de odio tienen que ver con la infelicidad.

La felicidad es muy importante, conocerla nos ayuda a explicar por qué Costa Rica ocupa la sexta posición a nivel mundial o los motivos por los que México este año ocupa el décimo lugar en el Ranking. Incluso podemos describir las razones de por qué Estados Unidos, a pesar de su opulencia material está por debajo de México y de Costa Rica o, movernos a un espacio de políticas públicas y estrategias de desarrollo para la felicidad, al contar con argumentos para identificar claves de desarrollo.

El mapa de la felicidad

El bienestar se puede medir por medio de las emociones, el sentido de propósito de la vida, el sentido de pertenencia, el enfoque cognitivo y las herramientas pertinentes para evaluarlos, como lo puede ser la Escala de Cantril, que mide el bienestar general y la calidad de vida que tienen las personas.

El  Dr. Gerardo Leyva Parra, del EQUIDE, Universidad Iberoamericana, comparte que “el INEGI usa la satisfacción con la vida, derivada de las recomendaciones de la OCDE basadas en once temas de bienestar por evaluar: vivienda, ingresos, empleo, comunidad, educación, medio ambiente, compromiso cívico, salud, satisfacción, seguridad y balance vida-trabajo”.  

También que el Ranking Mundial de la Felicidad en cada reporte, despliega el promedio de los tres años anteriores, es decir, que con el reporte 2025 lo que tenemos es el promedio  de los promedios de cada país para 2024, 2023 y 2022, es el promedio de los tres años anteriores al reporte.

En la imagen compartida por el Dr. Leyva se ve una gráfica a vuelo de pájaro de cómo se ven las cosas en el mundo, vistas de mayor a menor en el Reporte. Finlandia, Dinamarca, Islandia, Suecia, Países Bajos, Costa Rica, Noruega, Israel, Luxemburgo y México, en contraste con los países ubicados en la parte baja de la distribución: Afganistán -hasta abajo-, luego Sierra Leona, Líbano, Malawi, Zimbabwe, Botsuana,  República Democrática del Congo, etc.

Lo que vemos en estos extremos, vistos desde el extremo superior de los países nórdicos, dominantes del ranking a lo largo de la historia de su medición, encontramos países con instituciones sólidas, redes de protección social bien establecidas, estado de bienestar, democracia, tolerancia, seguridad, altos ingresos, paz. En suma, un conjunto de condiciones favorables para que se den condiciones de felicidad.

Gráfica por: Dr. Gerardo Leyva sobre World Happiness Report 2025.
Gráfica por: Dr. Gerardo Leyva sobre World Happiness Report 2025.

Hacia abajo se ven países pobres, desiguales, violentos, inseguros, insalubres, con institucionalidad débil, mayormente no democráticos. En verde, aparecen en la gráfica los países latinoamericanos

Gráfico por: Dr. Gerardo Leyva, "World Happiness Report, Distopía", 2025.
Gráfico por: Dr. Gerardo Leyva, "World Happiness Report, Distopía", 2025.

Ninguna de las grandes potencias industriales de los integrantes del G7Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Reino Unido, Estados Unidos-, se encuentra dentro de los primeros quince lugares. Lo mismo ocurre con los “Tigres Asiáticos” –Hong Kong, Corea, Taiwán y Singapur-y con los países integrantes de los BRICSBrasil, Rusia, India, China, Sudáfrica-.

Encontramos países de ingreso medio, que como en el caso de países latinoamericanos que están bastante más arriba de lo que están países con mayores niveles de ingreso, que a pesar de su riqueza y de su poder militar, no alcanzan a tener un posición correspondiente con ese ranking material respecto de la satisfacción con la vida de sus habitantes.

De los 147 países, hay dos que son un conjunto en sí mismos, sus intervalos de confianza en la estimación, están separados -no se traslapan con los de ningún otro país-. El caso de Finlandia es superior a cualquier otro y el caso de Afganistán, éste último con un nivel tan bajo, es inferior a la estimación para las variables que alimentan al modelo en todo el mundo y que supondría una distopía.

México, entre más pobre, ¿más contento?

Respecto de los datos de México, Gerardo Leyva Parra subraya que, estadísticamente no es diferente de los otros nueve países, por lo que su posición es indistinta y no hay por qué emocionarse de que estamos en el número diez. Por ejemplo, en el caso de Venezuela que es el país latino que califica más bajo -en el lugar 82- y que se parece a 18 países en la distribución estadística, las fronteras son difusas, no interesa mi posición, si no la zona

La zona latinoamericana tiene un plus sobre la calidad de las relaciones familiares e interpersonales, aunque las condiciones materiales importan e influyen positivamente en la felicidad, pero no son determinantes. Hay países con altos ingresos que están por debajo de la línea y países con bajos ingresos que están por encima de la línea del PIB per cápita. La eficiencia para la generación de felicidad es mayor en América Latina, que en algunos países como Estados Unidos.  

Gráfico por: Dr. Gerardo Leyva, "World Happiness Report, Felicidad vs. PIB per cápita (LN)", 2025.
Gráfico por: Dr. Gerardo Leyva, "World Happiness Report, Felicidad vs. PIB per cápita (LN)", 2025.

En la siguiente gráfica encontramos en la parte superior, países de Europa del Este que, cuando inició el reporte presentaban resultados muy por debajo de lo que se esperaría del PIB per cápita. La sacudida que significó la separación del control soviético los dejó bastante aturdidos y, el tiempo que ha transcurrido desde entonces, hasta ahora, ha significado una convergencia de esos países con el resto de los países europeos, que ha implicado que han crecido más rápido en  términos de felicidad que el resto de los países.

Gráfico por: Dr. Gerardo Leyva, "World Happiness Report, Ganadores y Perdedores", 2025.
Gráfico por: Dr. Gerardo Leyva, "World Happiness Report, Ganadores y Perdedores", 2025.

En la parte baja se encuentra Afganistán, secuestrado en un ambiente terrible de guerra tras guerra, la última de larga duración para después dejar a los talibanes en control del país con las armas de Estados Unidos. Después se encuentra Líbano en combinación de factores para favorecer que la calidad de vida se deteriore y así el resto de los países en el grupo.

En el grupo latino, el mayor perdedor es Venezuela, aunque el conjunto de resultados de este sector es interesante, como el caso de México con todo y su décimo lugar, pues ahora está peor de lo que estaba en niveles en 2012 y 2015.

La siguiente gráfica ilustra a México en color verde, en la que se ve cómo calificaba arriba de siete a inicios de la medición y ahora está por debajo de ese nivel. Aunque el décimo lugar lo logramos porque otros países bajaron.

Gráfico por: Dr. Gerardo Leyva, "World Happiness Report, México, Chile y Venezuela", 2025.
Gráfico por: Dr. Gerardo Leyva, "World Happiness Report, México, Chile y Venezuela", 2025.

El ranking no debe impresionarnos tanto, porque es el resultado de cómo le fue al país, en combinación de cómo le fue a los demás. Muchos países industriales que originalmente se encontraban en posiciones muy altas, han venido deteriorando su nivel y, por lo tanto, su posición, abriendo espacios para que países como en nuestro, suban.

Celebrar la décima posición de México, al momento de comparar en el largo plazo, no estamos mucho mejor de lo que estábamos antes. De hecho estamos un poco peor.

Satisfacción de vida en México

Aquí vemos dos criterios de medición para el país, que son el que reporta Gallup para el reporte Mundial de la Felicidad (en color morado) y el otro, que reporta el INEGI para satisfacción con la vida (en color azul). Son dos medidas cognitivas de bienestar subjetivo, pero en la del INEGI si se aplican dos preguntas a la misma persona, responderá más alto en cuanto a satisfacción con la vida, que en la Escalera de Cantril. Lo que extraña es que las tendencias sean diferentes, aunque la medida del INEGI tiene una muestra mucho más grande que la de Gallup , aproximadamente de 2,200 hogares por trimestre, cuando Gallup sólo tiene mil al año.

Gráfico por: Dr. Gerardo Leyva, "World Happiness Report, Satisfacción con la vida en México", 2025.
Gráfico por: Dr. Gerardo Leyva, "World Happiness Report, Satisfacción con la vida en México", 2025.

El movimiento del bienestar de la satisfacción con la vida es bastante plano, no se registran variaciones muy marcadas en el caso de Gallup, que nos invita a pensar que su información es maravillosa con la visión que ofrece sobre el panorama mundial, pero que nivel de un país, la muestra puede ser insuficiente para captar los movimientos entre los años.

Felicidad y Honestidad

Una manera de medir los porcentajes de felicidad y de honestidad es haciendo un comparativo de rankings entre felicidad y devolución de cartera a un extraño, preguntando a los encuestados si creen que si perdieran su cartera y alguien más la encontrara, ¿se la devolvería? En este apartado, México califica fatal, así como el resto de los países latinos. Lo interesante no radica en preguntar si devolverían la cartera, pues todos responderían que sí, pero la percepción que tenemos de nuestra comunidad, nos refleja a nosotros mismos.

En efecto, tenemos un índice de felicidad alto en México, pero hay una característica que está detrás: los demás no nos importan mucho si no están dentro de nuestro círculo inmediato de afectos. 

Gráfico por: Dr. Gerardo Leyva, "World Happiness Report, Felicidad y honestidad", 2025.
Gráfico por: Dr. Gerardo Leyva, "World Happiness Report, Felicidad y honestidad", 2025.

Si lo que le pasa a la persona entrevistada recae sobre el círculo de una persona cercana a ella, en Latinoamérica correría con “la suerte” de que no pase desapercibido y le importe. De otra manera, lo que pase fuera de ese círculo, no cuenta, reflejando tribalidad y familiaridad, pero de poca ciudadanía.

Esa tribalidad hace que reportemos niveles más altos de felicidad de los que se podrían reportar en México, sumado a que las encuestas del INEGI van más allá de lo que nos dice  Gallup. Sabemos que las personas con mayor ingreso responden más alto, a diferencia de quienes se encuentran dentro de la pobreza multidimensional, negativamente asociada con la felicidad -lo de “pobres, pero contentos”, no es tan cierto-. Si eres más pobre, eres menos feliz.

Los temas de salud mental, también se encuentran claramente correlacionados negativamente con la felicidad; los temas de violencia tienen un signo negativo, al igual que la violencia doméstica, mientras la calidad de las relaciones de pareja son relacionadas positivamente con la felicidad, en contraste con las conductas autodestructivas, no tener en quién confiar y la discriminación que también deterioran la felicidad.

Gráfico por: Dr. Gerardo Leyva, "World Happiness Report, Sobre México sabemos, además...", 2025.
Gráfico por: Dr. Gerardo Leyva, "World Happiness Report, Sobre México sabemos, además...", 2025.

Este reporte nos deja claro que la felicidad no es sólo un estado de ánimo individual, sino un reflejo de la sociedad en la que vivimos. No basta con que cada persona intente ser más feliz si las condiciones colectivas no acompañan. La confianza en los demás, la seguridad, la estabilidad económica y emocional, e incluso la percepción que tenemos de nuestra comunidad, juegan un papel clave.

Más allá de celebrar un décimo lugar en el ranking, es importante cuestionarnos qué tipo de felicidad estamos construyendo. ¿Es una felicidad sostenida en redes cercanas, pero desvinculada de un sentido más amplio de comunidad? ¿Estamos normalizando desigualdades y violencias que afectan el bienestar de muchas personas?

Quizá la verdadera pregunta no es si estamos entre los países más felices del mundo, sino qué tipo de país queremos ser para que esa felicidad sea real, sostenible y compartida.

FUENTE:

Seminario Internacional: Análisis del Reporte Mundial de la Felicidad 2025 desde la perspectiva Latinoamericana. EQUIDE, Ibero, Marzo 2025.

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Ley de Salud Mental en México, aprobación con serias implicaciones

Con esta ley cualquier familiar podría decidir sobre el tratamiento de una persona con alguna condición de salud mental e incluso internarlo sin considerar su voluntad, señalan asociaciones civiles como “Yo También” y “Documenta”

El pasado 24 de marzo la Comisión de Salud del Senado aprobó un dictamen para crear una Ley General de Salud Mental que asociaciones civiles apuntan como violatoria de derechos humanos, al corroborar que no construye servicios  de salud mental basados en la inclusión comunitaria y el pleno respeto de derechos humanos.

Estar al tanto de este tipo de iniciativas es un tema que nos compete a todos y no sólo por ser parte de la coyuntura de la pandemia que ha desvelado (aún más) el estado deplorable tanto de la salud pública, como de la salud mental pública en México. Las asociaciones civiles «Documenta» y «Yo También» subrayaron que la toma de decisiones que hizo el Senado en relación a cómo llevar las riendas de la salud mental a través de una Ley, fue por unanimidad, sin discusión de por medio y sin ningún tipo de consulta a la sociedad civil.

La Iniciativa de Ley fue propuesta por las senadoras Alejandra León Gastélum, de Morena; Joel Badilla Peña, Cora Cecilia Pinedo Alonso, Nancy de la Sierra Arámburo, Geovanna del Carmen Bañuelos y Miguel Ángel Lucero Olivas, estos seis últimos son integrantes del Partido del Trabajo (PT). Su objetivo es aprobar durante el segundo periodo extraordinario de sesiones del Congreso una iniciativa de Ley General de Salud Mental. La iniciativa ha sido liderada por la senadora Geovanna del Carmen Bañuelos, quien a recientes fechas ha ofrecido reuniones de trabajo con organizaciones que, tras su asistencia, resumieron que sólo es una mera pantalla que intenta ocultar que la voz de defensores de derechos humanos fue ignorada al aprobar la iniciativa.

Foto: Pixabay.

Justo los defensores de derechos humanos, han insistido en que dicha legislación debe ser detenida por la gravedad de algunos de sus planteamientos, pues básicamente promueve un modelo de atención basado en una visión biomédica que invisibiliza y aísla a las personas usuarias por verlas como objetos de tratamiento y no como sujetos de derechos, además de que viola derechos como el derecho a la igualdad y la no discriminación, al igual reconocimiento como persona ante la ley, los derechos a la libertad y seguridad, a la integridad personal y a brindar consentimiento informado previo a cualquier intervención.

Las personas usuarias y ex usuarias de los servicios de salud mental, colectivos y organizaciones defensoras son quienes han velado por los intereses de la ciudadanía al oponerse a la aprobación de dicha ley. Para ello, han exigido que sea detenida y, en su lugar, se escuche su propuesta de reformar la Ley General de Salud para construir servicios de salud mental basados en la inclusión comunitaria y el pleno respeto de derechos humanos.

Incluso Diana Sheinbaum Lerner, coordinadora del Programa de Discapacidad y Justicia de Documenta, comentó en entrevista para diferentes medios que su organización redactó una carta en la que buscó firmas de adhesión para parar los intentos de avance de esta ley, al considerar la continuidad que impulsa de un modelo de atención en el que las personas usuarias del sistema de salud cuentan con limitados derechos fundamentales, como lo es el decidir sobre su propio tratamiento. Sheinbaum Lerner enfatizó que con esta ley cualquier familiar podría decidir sobre el tratamiento de una persona con alguna condición de salud mental e incluso internarlo sin considerar su voluntad.

Foto: Pixabay.

Sin embargo, sí existen opciones toda vez que la misma Constitución mexicana lo avala a través del marco de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, sin contar que también es avalada por el Estado Mexicano. Por ello, los defensores en derechos humanos al tanto de la iniciativa señalan que la iniciativa no sólo es violatoria del artículo 12 sobre la capacidad jurídica, sino también en lo relacionado al número 14, que señala que no se puede privar de la libertad a una persona por tener una discapacidad.

Cuando el internamiento no es la única alternativa terapéutica, cuestionar este tipo de iniciativas forma parte de exigir servicios adecuados y respetuosos de los derechos de quienes los necesitan. Sin embargo, en México el eje de atención de salud mental ha sido por años el del hospital psiquiátrico, que es un modelo de asilo. Diana Sheinbaum señala que la transición puede darse más allá del marco normativo, no necesariamente a través de una reforma legislativa sino en la práctica con servicios de salud mental que se integren al primer nivel de atención.

Con primer nivel de atención se hace referencia a que sin importar en qué parte o estado de la República Mexicana se viva, toda persona cuente con acceso a la salud y que en cada centro sanitario, se cuente con acceso a tratamientos y atención indicada en materia de salud mental, especialmente cuando la salud mental, no va separada de la física, hecho que la iniciativa de Ley sigue sin tomar en cuenta.

Gabriela Estrada Espínola es licenciada en Comunicación por la Universidad Simón Bolívar y Maestra en Periodismo sobre Políticas Públicas por el Centro de Investigación y Docencia Económicas, CIDE. Ha colaborado en diversos medios y agencias de publicidad. Twitter: @GabaMaiden

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Experiencia internacional apunta a un regreso a la normalidad inseguro por falta de pruebas de COVID-19

La incertidumbre y subestimación de muertes por coronavirus sólo ha permitido hacer comparativos equívocos entre naciones, al no detenerse a comprender cómo se comporta el virus por región y no definir un panorama más claro en materia de políticas públicas

La magnitud de la epidemia sigue oculta  y, ante ello, la certeza de la cantidad de contagios queda en las pruebas de COVID-19 y en el rastreo de contactos. Con base en información provista a finales de abril de 2020, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) señaló que México es el país que realiza menos pruebas para detectar coronavirus.

Para subrayar la importancia de que se realicen las pruebas, el internacionalista y Doctor en Políticas Públicas, Mauricio Meshoulam compartió recientemente en una entrevista para medios, que éstas pueden ayudar a comprender de mejor manera cómo se comporta la COVID-19, además de definir un panorama más claro de hacia dónde se dirige, cuándo va a llegar la vacuna y cómo todo ello habría de guiar nuestro comportamiento, además de medir el impacto económico que el virus tiene en cada país.

Hasta el momento las autoridades sanitarias en México han reconocido que en los reportes oficiales diarios quedan fuera todas aquellas personas que murieron por COVID-19 sin hacerse la prueba, es decir, insisten en que sus cifras oficiales sólo reflejan los enfermos diagnosticados. Por si fuera poco, este lunes 6 de julio, el subsecretario de salud, Hugo López-Gatell informó que en las conferencias de prensa diarias ya no darán las cifras de nuevos contagios y muertes validadas en las últimas 24 horas y que comenzarán con “un nuevo esquema de comunicación”. En resumen, ya no contaremos con los números de evolución de la pandemia, cifras que no sólo se utilizan en México, sino a nivel mundial.

Foto: Twitter @DeniseMaerker
https://twitter.com/DeniseMaerker/status/1280350777618444288?s=08

Que dichas cifras se omitan en las ruedas de prensa nocturnas implica que ya no se mencionen los nuevos casos de contagio por día, ni las muertes reportadas o validadas durante esas veinticuatro horas. Éstas describen el avance del coronavirus en cada país. En contraste, las gráficas de la evolución de la pandemia en México que comparte el politólogo Sebastián Garrido a través de en su cuenta de Twitter, provienen de las bases de datos abiertos publicados por la Secretaría de Salud; las correspondientes al pasado domingo 5 de julio reflejan que tan sólo ese día se registraron 273 defunciones de pacientes por  COVID-19, hecho que significó el segundo incremento más grande para cualquier domingo desde que se publica la base de datos.

Retomando el tema de la relevancia de la aplicación de pruebas, Meshoulam señala que existen dos errores que se cometen a nivel global: el primero reside en hacer predicciones apresuradas y, el segundo, en hacer valoraciones sobre qué países lo están haciendo bien, cuando aún no se comprende todavía el efecto o el impacto dentro de los países. Para muestra, el internacionalista comentó sobre el caso de Suecia, país que siempre surgía como referencia al no haber usado confinamientos en su manejo sobre la crisis de coronavirus. Sin embargo, en comparativa con sus países vecinos, fue el que peor se ha comportado, el que más malos efectos ha tenido: más muertes, más contagios, al grado en que los funcionarios suecos están reconociendo que debieron haber seguido otros caminos.

Lo mismo menciona sobre la experiencia de Israel, país que había llevado bien todo el control y la gestión de la pandemia, al grado en que apuntaba a ser un caso por estudiarse a nivel mundial al haber tenido pocos decesos, hecho que a la fecha se mantiene. Aunque, a últimas fechas, está re-experimentando mayores brotes, motivo por el que sus servicios de salud se podrían colapsar en breve. Ello, conforme al recuento de Meshoulam, quien explicó que tan sólo en unos pocos días el panorama puede cambiar completamente la manera en la que se estudian los casos.

Foto: Twitter Sebastián Garrido @segasi
https://twitter.com/segasi/status/1279959347334914049

Considerando que cada país y economía vive un contexto, evolución y subestimación de muertes distinta respecto del virus, el contar con pruebas, acompañadas de estrategias de aislamiento y seguimiento de contactos puede marcar la diferencia.

La temporada de influenza comienza en octubre en el país, hecho que López-Gatell aprovechó para hacer énfasis sobre la gran posibilidad de que la pandemia de coronavirus se extienda hasta abril de 2021. Al lunes 6 de julio, en México, se reportaron 31,119 muertos y 261,750 casos confirmados acumulados de COVID-19, al tiempo que 17 estados se encuentran en estado de riesgo alto (naranja) y los 15 restantes continúan en semáforo rojo (alerta máxima). Mientras tanto, la ciudadanía mexicana sólo recibirá el número de contagios y de muertes acumuladas, restando claridad sobre el avance diario del virus en el país, al tiempo que todo lo  relacionado con las políticas económicas, políticas y de salud en relación a la pandemia parecen desdibujarse día a día. 

Gabriela Estrada Espínola es licenciada en Comunicación por la Universidad Simón Bolívar y Maestra en Periodismo sobre Políticas Públicas por el Centro de Investigación y Docencia Económicas, CIDE. Ha colaborado en diversos medios y agencias de publicidad. Twitter: @GabaMaiden

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Día de las madres: una oportunidad de demostrar amor a distancia en tiempos de coronavirus

Sentir el amor entre madres e hijos hoy toma un nuevo cauce que pone a prueba al balance emocional y las tradiciones de frente al panorama de salud pública que se vive de frente a la pandemia

Mantener la salud en el mejor estado ha sido una invitación que las autoridades han hecho a la comunidad a fin de respetar la sana distancia y de evitar el riesgo de contagio por coronavirus durante el día de las madres. En esta fecha cuando México se encuentra en la Fase 3 y durante un momento de aumento de casos de la COVID-19, el  demostrarse amor entre madres e hijos adquiere un matiz distinto que se vive en diferentes escenarios, ninguno de ellos fácil del todo.

El pasado 21 de abril inició la Fase 3 en México, aprobada por el Consejo de Salubridad General, ésta con base en evidencia de brotes activos y propagación en el territorio con más de mil casos. Esta fase se caracteriza como epidémica, en la que hay brotes regionales y dispersión nacional de la enfermedad, por lo que se vive la puesta en marcha de un protocolo sanitario más severo como lo es la cuarentena generalizada.

Actualmente tanto la Ciudad de México (9,218 casos) como el Estado de México (5,710) son epicentro de contagios en el país. En tercer lugar se encuentra Baja California con 2,365 casos. Conforme a los reportes actuales de la Secretaría de Salud (Ssa), en México se han presentado 193 decesos y 1,928 nuevos contagios tan sólo durante las últimas 24 horas; en suma existen a la fecha 33,460 casos positivos de coronavirus y un total de 3,353 muertes. 

Foto: Pixabay.

En contraste, en medio de los diferentes escenarios de importación, dispersión comunitaria, así como epidémicos, quienes son mamás en etapa laboral en México seguramente en la mayoría de los casos no sufran la separación que implica la jornada de sana distancia por la COVID-19 y, muy por el contrario, cuenten con una carga de trabajo más grande.

Una encuesta realizada por el periódico Reforma del 3 al 6 de mayo entre 400 madres de familia señala que el 70% de las encuestadas consideran que su trabajo en casa ha aumentado debido al confinamiento, aunque el 56% de ellas perciben que la integración familiar se ha reforzado, contra un 34% que creen que la interacción familiar continúa igual y un 10% que evalúa que ésta ha empeorado mucho.

Por otro lado tenemos a las madres que hacen honor a su día como cualquier otro, saliendo a la calle, realizando sus labores cotidianas y entre las que encontramos dentro del primer frente al personal de limpieza, enfermeras y doctoras, seguidas de empleadas en las áreas de servicios, como lo son policías y cajeras en tiendas de autoservicio, así como quienes trabajan para aplicaciones como Uber o Cornershop, por mencionar algunas. También existen las que han perdido a sus hijos y quienes no dan tregua a su búsqueda incluso en medio de la pandemia. Por supuesto y de manera especial, también tenemos en cuenta a las que por alguna razón han perdido a alguno de sus hijos, a quienes abrazamos en la distancia con todo el amor del mundo.

Foto: Pixabay.

Por encima de la variedad de escenarios que existen en relación a la celebración del día de las madres este año 2020 bajo el contexto del coronavirus, siempre existe una forma de demostrar amor en la distancia a través de una llamada, un detalle, el desayuno en cama y las diferentes maneras que existen para agradecer y demostrar a todas esas mujeres valientes que decidieron ser madres con todo lo que ello conlleva.

En medio de las grandes cargas de trabajo, de dolor y de los diferentes tipos de separación que se han dado en este complicado periodo, sentir el amor entre madres e hijos hoy toma un nuevo cauce que pone a prueba al balance emocional y las tradiciones de frente al panorama de salud pública que se vive de frente a la pandemia.

El confinamiento, la distancia social y las emociones catastróficas que en ocasiones pueden generarse a raíz de éstos, siempre pueden reducirse con una muestra de afecto, sino en un cien por ciento, de menos ayudan a gestionar la desesperanza y a saber que a pesar de cualquier distancia vivimos en el corazón de quienes amamos. Siempre. 

Gabriela Estrada Espínola es licenciada en Comunicación por la Universidad Simón Bolívar y Maestra en Periodismo sobre Políticas Públicas por el Centro de Investigación y Docencia Económicas, CIDE. Ha colaborado en diversos medios y agencias de publicidad. Twitter: @GabaMaiden

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Las vulnerabilidades y amenazas podrían ser herramientas de ayuda para salir de las crisis

La COVID-19, de alguna manera ha venido a cambiar las formas en la que empresas e individuos se desarrollan, compiten, interactúan y se ayudan entre ellos, situación que podemos capitalizar a favor de todos

Amenaza y vulnerabilidad, dos aspectos que se ven dimensionados de manera distinta de frente a la pandemia y, que de manera directa, tienen un impacto distinto en cada una de las personas no sólo a nivel psicológico, sino también en lo económico y lo biológico.

Conforme a la Organización Panamericana de la Salud (PAHO por sus siglas en inglés) cuando la epidemia de gripe H5N1 afectó al mundo, quien entonces era su director, el Doctor Lee Jong-wook previno al Consejo Directivo de la PAHO sobre el riesgo de no tomar en serio la amenaza de la pandemia de la gripe aviar, pues el no prepararse tendría consecuencias complicadas. En aquel entonces, Lee Jong-wook hizo énfasis en que una pandemia mundial “no puede encontrar a ningún gobierno desprevenido”.

De nuevo la amenaza y la vulnerabilidad se regresan como bumerangs, especialmente cuando las comunidades no se ven atendidas por sus gobiernos al ser estos sobrepasados por la magnitud e implicaciones del virus entre la población o, en casos peores, ante su propia indolencia. 

Foto: Vía Pixabay/ Sumanley xulx

En ese sentido, en México el domingo 5 de abril se anunciará el plan de acción del gobierno ante la COVID-19, del que se adelantó que incluirá propuestas de salud, economía y empleo; ello puede desvelar qué tan bien o pobremente está preparado para enfrentar a la pandemia en los planos que señala. Se sabrá qué tipo de seguimiento y monitoreo han hecho y si la evaluación puede medir bien los impactos que se esperan en políticas públicas.

A pesar de ello, la sacudida que el virus implica en nuestras vidas no se le puede confiar a un gobierno o a una instancia del todo. Sí, han de cumplir con sus obligaciones y por cuenta nuestra habremos de exigirles lo que corresponde, pero de nueva cuenta cuando las pérdidas pueden tener efectos diferenciados sobre los diferentes grupos poblacionales como lo señala la PAHO conforme a la experiencia de 2014, una opción viable es al menos el comenzar a pelotear nuevas ideas de cómo adecuarse al “nuevo” entorno reestructurando nuestros modos de vida como lo han hecho ya otras especies.

La COVID-19, de alguna manera ha venido a cambiar las formas en la que empresas e individuos se desarrollan, compiten, interactúan y se ayudan entre ellos, exigiendo a la par nuevas garantías en los planos de la salud, la economía, el trabajo y el bienestar. Parte del pensar el cómo capitalizarlo, habrá de estar en función de los dos factores que comentábamos al principio: la vulnerabilidad y la amenaza.

Foto: Vía Pixabay/ Skkiterphoto

Con la amenaza, porque es producto de la interacción con las condiciones externas, mientras que la vulnerabilidad  se genera de las condiciones internas de cada persona. En el plano de la salud mental, tal riesgo psicosocial, por supuesto también se relaciona con otros como lo pueden ser aquellos en materia sanitaria, económica, ambiental, laboral, etc.

Otro aporte de la PAHO en relación al registro de la experiencia epidemiológica de 2014, nos dice que reconocer las diferencias de vulnerabilidad de los distintos grupos poblacionales basándonos en el género, la edad y el nivel socioeconómico puede sumar un factor que nos ayude a conocer de qué manera la pandemia está impactando en la salud mental conforme a los recursos de cada persona y su capacidad de acceder a servicios médicos; observar cómo se han tenido que organizar los nuevos grupos de trabajo conforme al contexto del coronavirus y, por supuesto, detectar a los más vulnerables, aquellos a los que reconstruir sus vidas no les será tan fácil y que necesitarán apoyo social tras la COVID-19, habrían de ser parte de las tareas de reorganización en el planteamiento de nuevos modelos.

¿Qué efectos observas en tu entorno o en tu comunidad? Será de gran ayuda saberlo a fin de desarrollar temas que incidan y puedan ayudarte a ti y a tu círculo cercano.

Escríbenos a: sfauces@gmail.com 

Gabriela Estrada Espínola es licenciada en Comunicación por la Universidad Simón Bolívar y Maestra en Periodismo sobre Políticas Públicas por el Centro de Investigación y Docencia Económicas, CIDE. Ha colaborado en diversos medios y agencias de publicidad. Twitter: @GabaMaiden

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