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Estudios de opinión pública, potencial herramienta para dimensionar la salud mental en tiempos de COVID-19

Las encuestas constituyen una pequeña radiografía de los efectos de la pandemia sobre la población, en las que emociones, vulnerabilidad y discriminación se han vuelto tema que habrían de considerar las políticas públicas contemporáneas

Sin duda, el coronavirus está afectando la salud mental de millones de personas y dejará secuelas que veremos en los próximos años y, posiblemente, décadas. ¿Cuántas veces ha sentido miedo de enfermarse de COVID-19? ¿Cuántas veces ha tenido una discusión con su pareja, hijos o algún familiar? ¿Cuántas veces ha tenido preocupaciones laborales o económicas?

El estrés, aislamiento social, pérdidas familiares, pérdidas laborales, económicas o temor a ser contagiado siguen impactando nuestras emociones y sentimientos a pesar de que los gobiernos ya están relajando gradualmente la cuarentena. Para tener un esbozo de cómo nuestra psicología ha sido afectada en los últimos meses, los estudios de opinión pública son una buena herramienta que pueden darnos una dimensión de este fenómeno.

Con el objetivo de ilustrar esto, hago uso de información obtenida a través de distintas encuestas en Argentina y, con ello, daré una pequeña radiografía. Primero, detallaré un poco del contexto de la pandemia, después mencionaré algunas emociones que han sentido las personas, posteriormente, continuaré con algunos datos sobre la situación de vulnerabilidad de la mujer y, finalmente, un dato sobre la discriminación.

Foto: Pixabay.

Todo comenzó el pasado 3 de marzo cuando se detectó el primer caso de COVID-19 en la capital Buenos Aires, el 20 del mismo mes el gobierno del presidente Alberto Fernández declaró la entrada en vigor en todo el país del “Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio” (ASPO). A partir de esa fecha, la sociedad argentina ha estado envuelta en la cuarentana más larga de la que sus ciudadanos tengan memoria.

Ante la pandemia, el miedo a enfermarse es el primer sentimiento que surge entre la población. El miedo es una reacción psicofisiológica de los seres humanos frente a un estímulo externo adverso, deriva en otras sensaciones como la desconfianza, preocupación, ansiedad y nerviosismo. La encuesta de la consultora Giacobbe & Asociados del 17 de junio de 2020 hecha a 2,500 personas con dispositivos móviles muestra que 75% de los argentinos tuvo algún nivel de miedo a la COVID-19. La mitad de los entrevistados estaba de acuerdo con prolongar la cuarentena hasta finales de julio, a pesar de que 56% de ellos afirmaron que su economía familiar no aguantaría otro mes.[1]

También, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) realizó una encuesta en 2,600 hogares argentinos, de ella se obtuvo que 36% de los adolescentes presentaron algún sentimiento negativo como estar asustado, angustiado o deprimido. En 20% de los hogares se identificó más enojos y discusiones entre los miembros de las familias que involucraban a los padres, hijos y demás habitantes del hogar.[2]

Foto: Pixabay.

Las mujeres argentinas han sido vulnerables en esta crisis. La encuesta de UNICEF señala que 51% de las mujeres entrevistadas mayores de 18 años expresó que, durante el aislamiento social, tuvo una mayor carga de las tareas del hogar. Las causas de la sobrecarga fueron la limpieza de la casa, la tarea de cuidados, la preparación de la comida y la ayuda con las tareas escolares. Por otro lado, datos del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad apuntan que, a partir del inicio de la cuarentena, tuvieron un incremento de 39% de llamadas telefónicas para brindar atención y orientación a mujeres sobre violencia de género.

Otro fenómeno social que está afectando a la ciudadanía es la estigmatización de padecer COVID-19. Una encuesta online de 1,200 entrevistas de Zuban Córdoba y Asociados muestra que ser portador o sospechoso de esta enfermedad está, en estos momentos, como una de las cinco razones por la que un ciudadano es discriminado en Argentina.[3]

La pandemia está generando sentimientos de ansiedad y estrés tóxico que deriva en daños a la salud mental de la población. Si bien el esfuerzo mayúsculo de los gobiernos ha sido tratar de contener el contagio del coronavirus, también deben incluir políticas públicas encaminadas a recuperar el estado emocional de los grupos más afectados. Generar acciones en el mediano plazo ayudará a evitar el incremento de conductas antisociales como el acoso, agresión, robo, discriminación, consumo de drogas, entre otros.

*Porfirio Cruz Vázquez es especialista en comunicación política y opinión pública.


[1]  El estudio puede consultarse en http://giacobbeconsultores.com/descargas/informeVI_junio_2020_covid19.pdf

[2] https://www.unicef.org/argentina/comunicados-prensa/covid-19-unicef-encuesta-percepcion-poblacion

[3] El estudio puede consultarse en https://zubancordoba.com/portfolio/informe-nacional-junio-2020/

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Música y gastronomía,un camino para aceptar el dolor, compartirlo y sanar

En la crónica de lo contemporáneo, si la salud mental se escapa entre la cultura popular, aún en los rincones y en los momentos menos esperados, buscará una salida, una cura en la que el estrés, el miedo, la irritabilidad, la tristeza y la depresión se desdoblarán ante el ojo público

Del teórico cultural Mark Fisher al chef Anthony Bourdain existe un breve cuadro que, en cámara lenta, retrata el desdoblamiento de la salud mental ante el gran ojo público. Dando una vuelta en la historia y recordando grandes publicaciones, NME (New Musical Express) es una revista inglesa que se publica semanalmente en el Reino Unido desde el año de 1952. Ésta, tuvo su punto máximo de fama en una época peculiar, la era punk, alimentada de independencia y contracultura como gasolina de la creatividad. 

Foto: Pixabay.

En tempo acelerado, el sonido de la batería en este género, llevó el culto al rock and roll, al tiempo que el escritor Mark Fisher lo llevó en el corazón escribiendo para revistas como NME, Sight & Sound y The Wire a través de su blog “K-Punk”. En su momento, Fisher fue un gran referente para los autores de su generación  y su blog, fue más allá de la música, señalando en su último escrito que “Lo personal es político, que los gustos expresan una dimensión mayor”. Mark habló de depresión a través de la cultura popular en la que señalaba que se escondían los verdaderos conflictos contemporáneos, especialmente cuando ésta se dejaba llevar por lo establecido. Para este amante del post-punk el hecho de asumir la incapacidad de cambiar al mundo a través del arte -como lo es la música-, se convertía en mero entretenimiento.

Foto: Pixabay.

Para Fisher bandas como Joy Division, Public Enemy y artistas como James Blake o Adam Thaws, mejor conocido como Tricky, salían del patrón establecido por grandes corporaciones, lejos de la recompensa inmediata. Disfrazar el desencanto mediante un “pop cargado de esteroides” para Mark no era más que el efecto de una droga que invitaba a respirar una felicidad forzada, en la que la depresión no se dejaba tiranizar jamás.

Por otro lado, a Anthony Bourdain tuvimos la oportunidad de conocerlo como a una celebridad de la gastronomía que trabajó como chef ejecutivo en el restaurant Les Halle´s en Manhattan, Nueva York. Además de inmersionarse en shows televisivos como “Memorias de un cocinero”, que permaneció al aire con nada menos que 35 episodios a lo largo de 2002 y de 2003, también desarrolló su carrera de escritor tanto en el ámbito culinario como en el de los cómics, trabajo en el que sobresale “Hungry Ghosts”.

Sin embargo, Bourdain sufrió de depresión y adicción al alcohol durante varios años y fue justo a través de “Memorias de un cocinero” que declaró que sí llegó a usar productos farmaceúticos, heroína, cocaína y anfetaminas como parte de sus actividades en la cocina y en los diferentes restaurantes en los que trabajaba junto a sus compañeros. La institución de salud The Florida House Experience (FHE) rememora en una de sus publicaciones que durante dicho periodo Anthony llegó a señalar que caía en continua depresión profunda debido al abuso de sustancias, al grado en que ni siquiera podía tomar el teléfono y prefería escuchar los mensajes de la máquina contestadora, al tiempo que se iba colando en un profundo agujero negro del que se dio cuenta que tenía que salir.

Foto: Pixabay.

En entrevista para FHE, Stephanee Standefer, doctora y directora de la maestría en Consejería de la Universidad de Northwestern comentó que, aunque Bourdain era abierto acerca de su depresión, ello no significaba que estuviera curado, señalando que en esos casos existe un desbalance químico en el cerebro o que es hereditario, como alguna vez lo mencionó él mismo. También apuntó que conforme a una encuesta provista por la Administración de Servicios de Salud Mental y Abuso de Sustancias de EEUU, se desveló que los trabajadores de restaurantes y de alojamientos cuentan con las tasas más altas de trastornos por abuso de sustancias que cualquier otra industria, representando el 19% de los trabajadores que reportan uso de drogas ilícitas.

Ser genuinos, creativos y activos  a lo largo de la cotidianidad, a veces además de la capacidad de adaptarse de manera positiva a las situaciones adversas de la vida, también requiere no sólo el toque de análisis que Fisher aportó a la cultura británica o la versatilidad que demostró Bourdain a pesar de la depresión que lo aquejaba, también el compartirlo puede acercar mejores soluciones que las que el soliloquio de la mente pueda traer al puerto cansado del cuerpo.

Gabriela Estrada Espínola es licenciada en Comunicación por la Universidad Simón Bolívar y Maestra en Periodismo sobre Políticas Públicas por el Centro de Investigación y Docencia Económicas, CIDE. Ha colaborado en diversos medios y agencias de publicidad. Twitter: @GabaMaiden

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Cómo generar medidas emocionales de protección frente a la COVID-19

Cuando los sistemas de salud están enfocados en el coronavirus en lo respectivo a presupuesto, recursos materiales y humanos, hacer frente a la salud mental necesita de su reorientación con énfasis en la prevención

El pasado viernes 29 de mayo de 2020, Elmer Huerta, oncólogo, especialista en salud pública y comunicador en salud peruano impartió una charla web en la que abordó en estado de los sistemas de salud en América Latina a través de la Fundación Gabbo.

El también colaborador en temas médicos para CNN en Español explicó que los sistemas de salud son métodos por los cuales la atención médica se financia, se organiza y se entrega a una población, es decir, incluyen accesos que delimitan quiénes los tienen y si son sistemas parejos. Ello se refleja a través del tipo de servicios e instalaciones médicas que ofrecen los gobiernos y, especialmente se define por la cultura e historia de cada país.

Huerta puso como ejemplo el caso de EEUU, país al que clasifica de individualista por ir en contra de la reorientación de su sistema de salud hacia uno de corte preventivo, como el que impulsó en su momento el Obama Care, pues la ciudadanía en su mayoría se opuso a  pagar impuestos para cubrir la salud de otros que no fueran los suyos, motivo por el que hoy tal sistema está siendo desmantelado en el país vecino.

Conforme al oncólogo, y con datos basados en el Banco Mundial, son Cuba (11.71%), Brasil (9.4%) y Uruguay (9.3%) los países latinoamericanos que destinan un mayor porcentaje de su Producto Interno Bruto (PIB) a la salud; en contraste, México sólo dirige un 5.2% a dicha categoría. En resumen, los sistemas de salud habrían de cuidar de las personas, sin embargo, ello no da réditos en materia política, de serlo, si fuese medible, ello se reflejaría en satisfacción, estados positivos y estados afectivos deseables en la ciudadanía y no en lo que vemos ahora en su mayoría: sistemas de salud en los que los tomadores de decisión observan como único resultado útil aquel en el que la salud es medible.

Cuando los servicios preventivos de salud mental parecen más complejos de cuantificar al no dar réditos inmediatos en materia política, vemos que lo social tiene que ver mucho con la pandemia y que 630 millones de personas en América Latina y el Caribe representan el 30% de la población que no tiene acceso a servicios de salud por problemas geográficos o de ingresos, ello conforme a la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

Ante tal escenario, el mejor camino podría apuntar hacia la proactividad, es decir, buscar métodos que en medida de lo posible permeen la falta de protección preventiva, aquella que como se mencionó en líneas anteriores, puede generar estados de satisfacción, estados positivos, mejores estados afectivos y deseables en las personas. 

Foto: Pixabay.

La falta de un guión para enfrentar al coronavirus, en este caso conforme a los síntomas emocionales que produce, nos ofrece un espacio de creatividad para generarnos y compartir herramientas de adaptación y negociación de espacios, en el que los cuidados básicos tomen en cuenta las características de una crisis:

  • Falta de productividad
  • Reducción de autoestima
  • Comparación con personas o ambientes pares en cuanto a herramientas para enfrentar la crisis
  • Dependencia
  • Cambios en la alimentación o en el sueño

El encierro que implica la pandemia y la búsqueda de oportunidades en un ambiente adverso (en apariencia), da la sensación de pérdida de control, haciéndonos más susceptibles. Sin embargo, el mantener actividades habituales y/o lúdicas (como el pintar, hacer ejercicio o realizar alguna actividad de la que se disfrute y que sea alterna a las tareas diarias), puede formar parte de los factores para generar mejores espacios tanto individuales como compartidos. 

Foto: Pixabay.

Yahira Guzmán, Psiquiatra y directora de profesores e investigación de la Facultad de Medicina de la Sabana en Colombia, así como Víctor García, director de la maestría en Periodismo y Comunicación Digital de la misma casa de estudios, impartieron también al cierre de la semana pasada un taller sobre salud mental gracias a la Red Mexicana de Periodistas de Ciencia, The Carter Center y la Fundación Gabbo.

Con base en las medidas emocionales de protección frente a la COVID-19 que compartieron los especialistas, se puede resumir que las relaciones interpersonales ante el estrés y sobre el rendimiento laboral se ven envueltas en:

  • El miedo a ser despedidos
  • Las grandes exigencias de los centros de trabajo que han aumentado durante la pandemia en cuanto a capacidad de respuesta
  • Los estados y herramientas emocionales para llevar una vida personal equilibrada
Foto: Pixabay.

En conclusión, para contar con un bienestar afectivo e interacciones positivas en un contexto nuevo para todos y trabajar sobre la angustia, los problemas en casa, de sueño y resultados poco satisfactorios, Guzmán y García recomendaron:

  • Establecer prioridades (haciendo uso de agendas y cronogramas de actividades)
  • En la expresión emocional tener claridad de cuáles son las dificultades reales 
  • Contar con medidas de higiene del sueño (buenas condiciones para dormir)
  • Tener el mente la justa medida de hasta dónde llegar, cuándo parar y respirar
  • Ser y saber que es bueno en lo que se hace, sin querer controlarlo todo
  • Saber reconocer las propias emociones generadas por trabajo, por personas o por incidentes

Gabriela Estrada Espínola es licenciada en Comunicación por la Universidad Simón Bolívar y Maestra en Periodismo sobre Políticas Públicas por el Centro de Investigación y Docencia Económicas, CIDE. Ha colaborado en diversos medios y agencias de publicidad. Twitter: @GabaMaiden

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Los gobiernos a nivel mundial sólo destinan 2% de su presupuesto a la salud mental

Conforme al secretario general de la ONU, António Guterres, las consecuencias de no atender dicho sector equivalen a gastos de más de un billón de dólares anuales, por lo que recomienda implementar estrategias de salud mental que contrarresten a la COVID-19

La pandemia ha cambiado en esencia a diferentes sectores como lo es el de la ciencia, en el que como lo ha señalado la revista The Economist, “se va cosechando del torbellino” apostando quizá porque a largo plazo cambie la manera en cómo ésta se publica permanente. 

Casi lo mismo aplica para el sector alimenticio que, a nivel mundial y a lo largo de las décadas, ha ido mostrando una gran interdependencia derivada de la conectividad; conforme a ello, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés) señala que el coronavirus está afectando a los sistemas alimentarios mundiales, causando a su vez problemas en las cadenas de valor agrícolas a nivel regional, lo cual presenta riesgos para la seguridad alimentaria de los hogares. 

Sin embargo, un punto a favor es que, hasta el momento, no existe evidencia de que la COVID-19 pueda ser transmitida a través de la comida, aunque a raíz de las reglas de distanciamiento social, otro de los sectores agudamente dañados en materia económica lo ha sido el restaurantero del que la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac) asegura que se podrían perder 300 mil empleos formales e informales de no existir incentivos para dicha industria.

Foto: Pixabay.

En lo relativo a la ciencia, de nueva cuenta The Economist comenta que el incremento de papers especializados en la investigación del SARS-COV-2 (coronavirus), se ha visto reflejado en más de 7,000 documentos que van de la virología hasta la epidemiología; respecto del sector alimenticio, específicamente en la cancha de los reguladores de seguridad alimentaria, la FAO asegura que se está velando por mantener a todos los trabajadores de las cadenas de producción y de suministro en un ambiente seguro y estable, pues éste es básico para evitar la escasez de alimentos.

Inocuidad alimentaria, que le dicen y que se refiere a las condiciones prácticas que preservan la calidad de los alimentos para prevenir la contaminación y las enfermedades transmitidas por el consumo de comida. En ésta trabajan la FAO y la Organización Mundial de la Salud (OMS) desarrollando orientaciones políticas en diferentes aspectos y con base en el contexto que se vive por la COVID-19.

A pesar de ello, el problema que ha persistido incluso antes de que la pandemia fuera el monotema de conversación dentro de cada uno de nuestros círculos es el de la salud mental del que conforme a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) existe un aumento en los suicidios, las adicciones y del estrés, así como de la ansiedad y de la depresión debido a la pandemia. António Guterres, secretario general de la ONU en días pasados hizo un llamado a ayudar a a adultos mayores y a adolescentes pues éstos son los que más sufren del confinamiento que requiere el combate al virus.

Foto: Pixabay.

Hablando en cifras monetarias, Guterres señaló que además de la huella e incidencia negativa que tiene la COVID-19 en la salud mental, tanto la depresión como la ansiedad implican gastos de más de un billón de dólares anuales, motivo por el que ha alentado a los gobiernos del mundo a implementar estrategias de salud mental que contrarresten el impacto del coronavirus, pues este rubro sólo recibe el 2% de apoyo por parte de las autoridades competentes en la materia.

Crisis de ansiedad, depresión y angustia pueden agudizarse por el encierro que exige el combate a la pandemia, datos que la Secretaría de Salud ha documentado que existe un alza de 35 por ciento. El pasado 20 de mayo se celebró el Día del Psicólogo, en medio de una crisis de salud mental que deja ver un sin fin de fauces que no se originaron, sino que se desvelaron e incrementaron ante la crisis de coronavirus.

Respecto de la solución a dicha problemática, también han surgido iniciativas como “Cuida Tu mente” del Tec de Monterrey, que cuenta con un sitio abierto al público, así como con una línea abierta las 24 horas (800 813 9500) a fin de lidiar con el estrés y con las emociones que se acentúan en medio de la cuarentena.

Foto: Pixabay.

Igualmente, para aquellas personas que han perdido a un familiar a razón de la COVID-19, existe el portal Bordando Memorias desde el Corazón, que también cuenta con opciones de apoyo psicológico gratuito a través de Locatel, la Línea de Atención Psicológica Call Center UNAM, 911 Emergencias. Básicamente es un espacio de consuelo en el que también se pueden recibir textos, insertar fotografías o subir la música favorita de la persona fallecida a fin de promover la memoria familiar y compartir sus vivencias ante la imposibilidad de realizar actos funerarios debido a la contingencia sanitaria. 

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Ser factor en lugar de víctima del entorno

El entorno que nos rodea, muchas veces nos pone a prueba y con ello, nos posiciona entre la elección de tomar responsabilidad de nuestra propia vida o lamentarnos de lo que nos ocurre

Danger AK, es un rapero mexicano que ha trabajado en generar conciencia social impartiendo clases tanto en prisiones a través de talleres, como en salones de clases enseñando a los niños a rimar. Midiendo el termómetro social, ha alentado las habilidades y los dones individuales, haciendo énfasis en que éstos son comunitarios y en que conllevan una responsabilidad.

Sobre sus hombros, han recaído responsabilidades de las cuales no cualquiera haría frente, como lo fue el caso de ayudar a un grupo de presos jóvenes a adoptar una nueva actitud, aún en medio del encierro, haciéndolos los elementos más destacados entre su comunidad a través del rap y del ingenio.

Fue en el ciclo de conferencias TED, que Danger AK habló del estado mental y de cómo éste se pasea entre diferentes escenarios, en los que muchas de las veces hemos de echar mano de la resiliencia. Ésta última, básicamente ha de ser  una herramienta en la adaptación positiva a las situaciones adversas, especialmente cuando las oportunidades se disfrazan de problemas.

Foto: Pixabay.

Cuando las verdades absolutas no existen y el mundo es una rueda en constante cambio, lo que parece cierto hasta el fin de los tiempos, mayormente sólo es sombra, una parte de la verdad, de lo que es y lo que puede ser. En medio de tal incertidumbre, el agradecimiento parecería un tema totalmente fuera de lugar, olvidando que cada paso e incluso cada piedra puede ser una herramienta en el camino.

Respecto de la incertidumbre, el rapero mexicano subraya que el agradecimiento es parte del progreso humano, pues en él se reconocen el espacio y el tiempo. Si pensamos en ello a fondo, tal encuentro es un desvelo de cada uno de nuestros esfuerzos, desde los más pequeños, hasta los más remarcables. Gran pretexto por el qué agradecer, pues si algo nos ha mostrado el contexto de la pandemia es que nada puede darse por sentado, incluso aquellos más mínimos detalles en nuestras vidas, como lo parecen ser el respirar o el contar con personas que nos amen.

Ser factor del entorno, en lugar de víctima de sus circunstancias, sonaría como un lujo que sólo pueden darse quienes tienen todo en la vida, especialmente dinero. Sin embargo, el ser factor del entorno reside en un estado mental, en conectarnos con las acciones que pueden acercarnos a nuestros objetivos y metas. Danger AK através de TED Talks compartió que es importante hacer las cosas antes de saber cómo, donde lo más importante es ser lo que se desea ser y actuar en consecuencia.

Foto: Pixabay.

Programar el estado mental para Danger AK es tener siempre fresco en la mente qué es lo que queremos y trabajar para lograrlo, aunque a veces parezca una locura. Básicamente recomienda esa programación para convertirse en lo que uno quiere ser o para llegar a los objetivos que uno se ha propuesto.

Incluso para aquellos que no saben bien a bien el camino que quieren o pueden tomar de frente a los retos de la cotidianidad cambiante, el encadenar las ideas a la acción, amplía siempre los horizontes, nos prepara para las oportunidades, pues cuando éstas lleguen se contarán con todas la herramientas para aprovecharlas y sacarles jugo… y juego.

Gabriela Estrada Espínola es licenciada en Comunicación por la Universidad Simón Bolívar y Maestra en Periodismo sobre Políticas Públicas por el Centro de Investigación y Docencia Económicas, CIDE. Ha colaborado en diversos medios y agencias de publicidad. Twitter: @GabaMaiden

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Vivir el presente como fórmula para salir del miedo, incertidumbre, ansiedad e insomnio

Higiene del sueño, ejercicio, tomar un poco de aire fresco, así como apelar por datos y objetivos y claros, son apuntados por especialistas en salud mental como factores de equilibrio y bienestar, incluso en situaciones complejas

En medio del autoconfinamiento por la COVID-19, las comunidades afectadas y ubicadas en diferentes partes del mundo se han enfrentado a episodios de incertidumbre y de miedo generados del no saber cómo serán sus vidas cuando llegue el fin de la contingencia en su región y si ello dejará paso para que puedan vivir de manera digna de la mano de sus seres queridos.

Durante el último par de semanas, las conversaciones parecen haber sido orquestadas por tres factores: incertidumbre, ansiedad y miedo. Y no es para menos, cuando parecieran existir pocos elementos que apunten lo contrario. El insomnio y las pesadillas aparecen como las costras de los sentimientos y pesares que el cuerpo guarda inconsciente o conscientemente y que, en definitiva, van dejando señales a las que se pide el poner atención a fin de evitar el que crezcan y nos invaliden emocionalmente.

Afortunadamente, podemos contar con la experiencia de los países que ya pasaron por la crisis de coronavirus en la que se vive actualmente en México, consideraciones de las que podemos echar mano para nuestro favor y el de nuestras comunidades.

Respecto del insomnio y de las pesadillas que parecen rondar cada palmo de las conciencias los últimos días,  Begoña Giner Montagud, psicóloga del Hospital IMED de Gandia en Valencia, España, comentó en entrevista para el sitio web “La Provincia” que el confinamiento en casa derivado de la pandemia comienza a notarse no sólo en nuestros cuerpos, sino también en nuestros mensajes de Whatsapp.

Seguramente algunos lo han notado en alguna llamada o en varios mensajes de texto vertidos entre familiares, amigos y grupos de redes sociales entre los que los temas recurrentes son las pesadillas y el insomnio, así como la correspondiente lista de preocupaciones que genera el paro casi total de actividades y sus posibles consecuencias en la vida de cada uno.

Sin embargo, la dificultad para conciliar el sueño e incluso el sortear de la mejor manera las pesadillas que surgen en estos días, es señalada por Giner Montagud como una alta tendencia a anticiparnos al futuro y la correspondiente ansiedad que esos pensamientos generan en el cuerpo y en el entorno. La psicóloga también afirma que la ansiedad es una percepción totalmente subjetiva que clasificamos como amenaza.

Por ello, para combatir al insomnio y a la ansiedad Giner recomienda el ejercicio, retomar algún hobbie del pasado y, en los mejores casos, organizar videollamadas con amigos y gente cercana para echar unas buenas risas, al tiempo que se empatiza con ellos; reconectar con las emociones de los otros transmite comprensión y por ende, puede ayudar a aliviar los estados de ansiedad y de preocupación constante, señala Giner Montagud.

Por supuesto que la especialista sugiere que cada persona lleve a cabo ejercicios diferentes a fin de encontrar los que le hagan sentir bienestar, en los que contar con la organización de rutinas diarias puede ser antídoto para lograr la sensación de vuelta a la normalidad, una reducción considerable de la ansiedad y la conciliación del sueño.

Lo primordial es el generar ambientes de relajación, en el que el uso de pastillas para dormir sólo quede a consideración de un especialista  que pueda diagnosticar el tratamiento correspondiente. Begoña Giner comenta que hay que pasar cuatro semanas sin descanso o buena conciliación del sueño para considerar el visitar a un médico.

Previo a ello, la especialista apunta como estupendos beneficiarios del sueño:

  • La higiene del sueño (dormir en un ambiente agradable y relajarse antes)
  • Hacer uso de las fuentes que existen en Youtube
  • Música relajante, especialmente para quienes conviven con varios menores de edad en casa
  • Ejercicio
  • Recuperar hábitos que generen tranquilidad
  • Procurar el descansar lo suficiente y ocupar el tiempo libre

Finalmente el recordar que la inactividad, sumada al no poder desconectarse del ambiente laboral que en estos días se funde con lo doméstico, puede el generar que el estado de ánimo se vea alterado, como lo señaló en entrevista para la BBC, Patricia Barato Salvador, psicóloga clínica y coordinadora de proyectos de BH Bienestar, red de expertos en cuidado emocional dentro de las organizaciones.

Ante el autoconfinamiento y la fusión de ambientes en casa, los especialistas recomiendan el limitar la cantidad de noticias que se consumen para evitar la ansiedad que éstas pueden generar en medio de una cobertura nueva para todos los medios.

Con base en lo anterior, elegir fuentes o medios de comunicación confiables, que destaquen por la corroboración de datos y del cuidado de su audiencia a través de contenido de calidad y de valor. Por consecuencia, también contar con descansos de las redes sociales.

Foto: Pixabay/ LoboStudio Hamburg.

Lidiar con pensamiento negativos como el posible riesgo de contagio, pérdida de trabajo, de negocio o de un año entero, generan la incertidumbre de la que se ha venido hablando, misma que resta bienestar y un buen patrón de sueño.

Siendo que son situaciones que no han ocurrido, vivir el presente sin ansiedad, puede constituir la fórmula para salir del miedo y de la incertidumbre, tareas en las que Patricia Barato nos recuerda que concentrarnos en lo que estamos haciendo (estar en casa, tener comida, que mantenemos el trabajo) requiere lograr una regulación, una reestructuración cognitiva, lo que equivale a datos objetivos y reales.

Más allá de un pensamiento positivo, se trata de ser realistas para evitar el miedo (con datos y objetivos reales) y claro, recordar el mantener una rutina, tomar un poco de sol y aire fresco, olvidar las preocupaciones cuando se va a la cama, hacer ejercicio, meditar, relajarse y evitar el dormir tarde viendo redes  series.

En Sucursal Fauces, la salud mental pública es base de sus acciones, por lo que hoy comparte el número de la Brigada Nacional de Atención Psicoemocional a Distancia por COVID-19, misma que forma parte de Psicólogos Sin Fronteras y del Centro de Intervención en Crisis: 55 85 26 18 59 (sin costo) con un horario de Lunes a Domingo de 8:00 a 20:00 horas.

Para comentarios o sugerencias en relación a las publicaciones de Fauces, cuenta con este correo: sfauces@gmail.com 

Gabriela Estrada Espínola es licenciada en Comunicación por la Universidad Simón Bolívar y Maestra en Periodismo sobre Políticas Públicas por el Centro de Investigación y Docencia Económicas, CIDE. Ha colaborado en diversos medios y agencias de publicidad. Twitter: @GabaMaiden

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El periodismo y su influencia en la salud mental de los adultos mayores ante la cobertura de la COVID-19

Como parte de la población en riesgo frente al coronavirus, los adultos mayores tienen el derecho de contar con medios de comunicación que los mantengan informados sin descuidar su estabilidad emocional

Cuidar de los adultos de la tercera edad forma parte del trabajo de los profesionales de la información, para quienes a lo largo de la pandemia de coronavirus y en materia de cobertura, muchas ocasiones el periodismo pareciera vivir un momento monotemático: mayormente se habla de la COVID-19 y de sus impactos negativos a través de estudios y de estadísticas.

Sin embargo, detrás del periodismo debe existir un gran trabajo de corroboración de fuentes, de compartir experiencias y mejores prácticas en las que editores, reporteros y jefes de información compartan sus relatos de cobertura como ya lo han hecho profesionales de la comunicación radicados en Asia, Europa y en América Latina.

Sana distancia, mínimo contacto y coberturas en medio de la pandemia son grandes retos a los que se enfrenta la industria periodística. Quienes trabajan en ella lo hacen a través del cambio constante en las noticias y tratando de valerse de un periodismo ético y responsable, que mantenga la credibilidad de la audiencia hacia la que van dirigidos, manteniendo la confianza de los lectores en el minuto a minuto.

La periodista Martha Ramos de El Sol de México en el podcast “El Reto del COVID-19 para medios y periodistas”, hace énfasis sobre los sectores que, frente al virus, conforman los primeros flancos de atención por el nivel de importancia que tienen para la sociedad; el sector médico obviamente es el que ocupa el primer lugar de atención a la población frente a la pandemia; el segundo, el área de servicios, como lo es la seguridad pública y en tercer lugar, los medios informativos al ser portavoces de cada gobierno en una situación como la que se vive actualmente en materia de salud pública a nivel mundial.

Ramos comenta en relación al tema, que las coberturas sobre coronavirus invitan a guardar la calma, a quedarse en casa, a seguir las instrucciones (por supuesto que habla de los mejores casos), aunque se sabe también de los medios que apuestan por el alarmismo para hacerse de audiencia, arriesgando su credibilidad al hacer difusión de noticias falsas o fake news, y a los que hay que mantener en la mira, a fin de prevenir a los adultos mayores para que los eviten, pues sólo les generan angustia a través de información sensacionalista y falta de pruebas científicas.

El hecho de citar un artículo académico, no lo es todo, especialmente cuando se usa de manera tendenciosa a través de títulos alarmistas, que claramente apuestan por más vistas en redes sociales, pero no por dar un buen servicio informativo.

Sin embargo, tomando como perspectiva las mejores prácticas de medios (porque las hay), sin éstas, los gobiernos no contarían con portavoces, ya no digamos con los recursos y el impacto para difundir los comunicados de la Organización Mundial de la Salud (OMS) o las medidas que promueve cada gobierno en relación al coronavirus.

Los medios de comunicación y los periodistas comprometidos ofrecen contrastes en la información, a fin de que los tomadores de decisión cuenten también con las historias de cómo la población vive sus encierros, es decir, cómo sobreviven con sus hijos en casa, qué medidas están tomando, si sus familiares se encuentran bien o si los servicios de salud pública han sido insuficientes para atenderles.

Foto: Pixabay

La importancia de los periodistas en la vida pública de cada país, además del uso de los mejores recursos para combatir a la desinformación, debe valerse de la sensibilidad, pues aunque se recomienda que la mayor parte de la población se mantenga en casa, no todas las personas cuentan con ese privilegio.

La cobertura del virus por parte de los medios de comunicación exige cubrirlo de manera responsable, considerando siempre alternativas para difundirlo mientras se informa y se apoya a la sociedad.

Si su periodista de cabecera o medio de información está haciendo todo eso por ustedes, seguramente también está cuidando de la salud y paz mental de los adultos mayores que forman parte de sus vidas.

Gabriela Estrada Espínola es licenciada en Comunicación por la Universidad Simón Bolívar y Maestra en Periodismo sobre Políticas Públicas por el Centro de Investigación y Docencia Económicas, CIDE. Ha colaborado en diversos medios y agencias de publicidad. Twitter: @GabaMaiden

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Las vulnerabilidades y amenazas podrían ser herramientas de ayuda para salir de las crisis

La COVID-19, de alguna manera ha venido a cambiar las formas en la que empresas e individuos se desarrollan, compiten, interactúan y se ayudan entre ellos, situación que podemos capitalizar a favor de todos

Amenaza y vulnerabilidad, dos aspectos que se ven dimensionados de manera distinta de frente a la pandemia y, que de manera directa, tienen un impacto distinto en cada una de las personas no sólo a nivel psicológico, sino también en lo económico y lo biológico.

Conforme a la Organización Panamericana de la Salud (PAHO por sus siglas en inglés) cuando la epidemia de gripe H5N1 afectó al mundo, quien entonces era su director, el Doctor Lee Jong-wook previno al Consejo Directivo de la PAHO sobre el riesgo de no tomar en serio la amenaza de la pandemia de la gripe aviar, pues el no prepararse tendría consecuencias complicadas. En aquel entonces, Lee Jong-wook hizo énfasis en que una pandemia mundial “no puede encontrar a ningún gobierno desprevenido”.

De nuevo la amenaza y la vulnerabilidad se regresan como bumerangs, especialmente cuando las comunidades no se ven atendidas por sus gobiernos al ser estos sobrepasados por la magnitud e implicaciones del virus entre la población o, en casos peores, ante su propia indolencia. 

Foto: Vía Pixabay/ Sumanley xulx

En ese sentido, en México el domingo 5 de abril se anunciará el plan de acción del gobierno ante la COVID-19, del que se adelantó que incluirá propuestas de salud, economía y empleo; ello puede desvelar qué tan bien o pobremente está preparado para enfrentar a la pandemia en los planos que señala. Se sabrá qué tipo de seguimiento y monitoreo han hecho y si la evaluación puede medir bien los impactos que se esperan en políticas públicas.

A pesar de ello, la sacudida que el virus implica en nuestras vidas no se le puede confiar a un gobierno o a una instancia del todo. Sí, han de cumplir con sus obligaciones y por cuenta nuestra habremos de exigirles lo que corresponde, pero de nueva cuenta cuando las pérdidas pueden tener efectos diferenciados sobre los diferentes grupos poblacionales como lo señala la PAHO conforme a la experiencia de 2014, una opción viable es al menos el comenzar a pelotear nuevas ideas de cómo adecuarse al “nuevo” entorno reestructurando nuestros modos de vida como lo han hecho ya otras especies.

La COVID-19, de alguna manera ha venido a cambiar las formas en la que empresas e individuos se desarrollan, compiten, interactúan y se ayudan entre ellos, exigiendo a la par nuevas garantías en los planos de la salud, la economía, el trabajo y el bienestar. Parte del pensar el cómo capitalizarlo, habrá de estar en función de los dos factores que comentábamos al principio: la vulnerabilidad y la amenaza.

Foto: Vía Pixabay/ Skkiterphoto

Con la amenaza, porque es producto de la interacción con las condiciones externas, mientras que la vulnerabilidad  se genera de las condiciones internas de cada persona. En el plano de la salud mental, tal riesgo psicosocial, por supuesto también se relaciona con otros como lo pueden ser aquellos en materia sanitaria, económica, ambiental, laboral, etc.

Otro aporte de la PAHO en relación al registro de la experiencia epidemiológica de 2014, nos dice que reconocer las diferencias de vulnerabilidad de los distintos grupos poblacionales basándonos en el género, la edad y el nivel socioeconómico puede sumar un factor que nos ayude a conocer de qué manera la pandemia está impactando en la salud mental conforme a los recursos de cada persona y su capacidad de acceder a servicios médicos; observar cómo se han tenido que organizar los nuevos grupos de trabajo conforme al contexto del coronavirus y, por supuesto, detectar a los más vulnerables, aquellos a los que reconstruir sus vidas no les será tan fácil y que necesitarán apoyo social tras la COVID-19, habrían de ser parte de las tareas de reorganización en el planteamiento de nuevos modelos.

¿Qué efectos observas en tu entorno o en tu comunidad? Será de gran ayuda saberlo a fin de desarrollar temas que incidan y puedan ayudarte a ti y a tu círculo cercano.

Escríbenos a: sfauces@gmail.com 

Gabriela Estrada Espínola es licenciada en Comunicación por la Universidad Simón Bolívar y Maestra en Periodismo sobre Políticas Públicas por el Centro de Investigación y Docencia Económicas, CIDE. Ha colaborado en diversos medios y agencias de publicidad. Twitter: @GabaMaiden

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Cómo vivir los procesos de transformación en crisis

Mantener una actitud optimista y objetiva al gestionar nuestro estrés y bienestar psicosocial desata modos de supervivencia y cambios de mentalidad que nos ponen a prueba

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) a través de su agencia de noticias, señala que ante las medidas necesarias para erradicar el contagio de coronavirus a nivel mundial, pueden generarse emociones de ansiedad, estrés, miedo e incluso preocupación por vivir un periodo de soledad extendido.

Tomar el control de las emociones, al tiempo que se confrontan situaciones complejas, en ocasiones, podría alimentar el estrés que se vive dentro del contexto que vivimos de frente al COVID-19, en lugar de mantener y de transmitir una actitud optimista y objetiva al gestionarlo.

Es entonces que vivir los procesos de transformación en crisis toma diferentes tonalidades que, incluso antes por falta de oportunidad no se tomaron y que actualmente podrían estar llamando a nuestras puertas de manera insistente. En ese sentido, la ONU apunta que es natural el sentirnos estresados, ansiosos e incluso temerosos o afligidos.

Ilustración: Vía Pixabay/ Facebook mohamed_hassan

Incluso, Tedros Adhanom Gebreyesus, director general de la Organización de las Naciones Unidas compartió recientemente que: “La vida está cambiando radicalmente para muchas personas y que su familia no es la excepción, pues su hijas toma sus clases en línea desde que su escuela tuvo que cerrar. Que en estos momentos difíciles es importante seguir cuidando la salud física y mental, la que no sólo ayudará a largo plazo, sino también a combatir al coronavirus.

Por ello, vivir los procesos de transformación en crisis, requiere de varios factores y, uno de ellos,  es la alimentación emocional, es decir, lo que ofrecemos a nuestra mente como energético para seguir adelante, como lo pueden ser las fuentes que elegimos para informarnos, en las que será primordial el que éstas sean de confianza, además de que éstas eviten el sensacionalismo y la ausencia de corroboración de sus orígenes, situación que se vuelve propicia para la difusión del miedo y la confusión a través de cadenas de whatsapp que no cuentan con ningún otro sustento que el que están dentro de una red, sin verificación.

El estar informados, especialmente en el contexto que se vive a nivel mundial, es primordial y acompañarlo de fuentes confiables, además de certeras, forma parte de cuidar de la salud mental no sólo propia, sino también colectiva. Es un proceso que, cuidado, se vuelve virtuoso y alimenta una salud mental que se transforma de la mejor manera, incluso en momentos de crisis, un gran filtro para eliminar las noticias falsas o fake news y con ellas, la ansiedad innecesaria.

Foto: Vía Piaxabay/ Facebook brenkee

Otro indicador de cómo se pueden estar viviendo los procesos de transformación en crisis es nuestro cuerpo a través de las emociones que, por décadas han quedado por debajo de los malestares físicos para los que siempre se tiene lista una pastilla e incluso un médico para atenderlos. Los termómetros emocionales se manifiestan entonces a través de lo físico, dando aviso de la temperatura mental, de cómo se están afrontando las situaciones y cómo este tipo de respuestas pueden estar indicando el camino a seguir en los procesos de transformación que quizá estemos pasando por alto, en medio de una crisis.

El potencial y la capacidad de transformación en crisis es un reto a salir de lo conocido en los que el capital psicológico positivo se vuelve oro molido al compensar los sesgos negativos. La motivación se vuelve entonces una práctica personal y colectiva. ¿Cuál es la tuya?

Foto: Vía Pixabay/ Instagram Polifoto / Gennaro Leonardi

Gabriela Estrada Espínola es licenciada en Comunicación por la Universidad Simón Bolívar y Maestra en Periodismo sobre Políticas Públicas por el Centro de Investigación y Docencia Económicas, CIDE. Ha colaborado en diversos medios y agencias de publicidad. Twitter: @GabaMaiden

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Salud mental en tiempos de coronavirus, entrevista con Salomón Chertorivski

Vivir sanamente las contingencias, implica vencer al miedo, pues es el peor enemigo en estos temas

Ser efectivos en salud pública es mantener el actuar colectivo y el del gobierno de manera racional, el miedo es el peor enemigo de estos temas, señala el ex secretario de salud y economista, Salomón Chertorivski.

Como parte de la primera publicación de Sucursal Fauces, la entrevista con Salomón Chertorivski va de la mano con las dudas por parte de la sociedad en relación al tema del coronavirus: su planeación, su tratamiento, su comunicación, difusión y operatividad, pues a raíz del covid 19 se han generado mitos y en las ocasiones menos afortunadas, histeria colectiva que se manifiesta en compras de pánico.

En ese sentido, Salomón Chertorivski, como líder del grupo de atención sobre la Influenza H1N1 en 2009 y en su experiencia como  ex secretario de Salud, no niega que a mediano plazo los casos de coronavirus vayan a la alza, ya que considera que todo riesgo sanitario se prevé conforme a la manifestación de contagios, como parte del mapa de riesgos.

Foto: Pixabay.

Sin embargo, considera que la sobrerreacción resta efectividad, tanto a la salud pública como a la economía y que en ellas sólo caben los datos certeros, información confirmada, así como fuentes serias. 

Tomemos la recomendación de Chertorivski muy en serio, al rechazar o evadir información de dudosa procedencia como lo son las cadenas y videos que se comparten en grupos de Whatsapp, donde tíos, tías, amigos de escuela y compañeros de oficina, constituyen las fuentes menos oportunas -ni confirmadas o autorizadas- para difundir noticias delicadas, como lo son las relacionadas al plano de la salud pública.

El ex secretario también comentó en entrevista que el ciclo del covid 19 es distinto para cada país, pues su punto de inicio no es el mismo, como lo es el caso de Wuhan, epicentro del virus que se disparó a finales de 2019. En México aún se encuentra en las primera etapas.

Por ello, el seguir las indicaciones de las autoridades sanitarias en el país, va de la mano con el cuidarse de manera responsable con información de ese mismo corte, responsable, evitando el caer en sobre reacciones e histeria colectiva como lo son las compras de pánico.

El no hacer caso a presuntos especialistas, es otra de las acciones que comparte Chertorivski y en las que considera que el gobierno federal tiene el reto de ocupar y aprovechar los espacios informativos a través de sus funcionarios públicos, no limitándose sólo a comunicar en las Mañaneras o en punto de las siete de la noche.

Sin duda, el trabajo de los medios de comunicación es informar y contrastar, pero el de las autoridades sanitarias ante el casos como el covid representa responsabilidad y atención a las posibles contingencias por parte del gobierno.

Foto: Pixabay.

Algo que ha de dejarnos la experiencia de un ex secretario que lidió con una contingencia como la del H1N1, es el destacamento que hace sobre el equilibrio entre prudencia y actuación, el cual considera que se está dando por parte del gobierno federal al tomar las medidas adecuadas y conforme al desarrollo de evidencia para hacer, o no, cierre de actividades.

Las medidas racionales y de cuidado económico, sin ser exageradas, forman parte de una buena toma de decisiones que promueven un balance entre la salud y los negocios; en tal escenario, la decisión de no cerrar escuelas hasta acercarse a la semana santa, preve sin mandar señales erróneas al cancelar eventos masivos de un sólo manotazo.

Para quienes forman parte de pequeñas y medianas empresas, la recomendación del ex funcionario es contar con gel antibacterial tanto para colaboradores como para sus clientes, así como con un horario en el que se acostumbre el lavado de manos, mantener el saludo de etiqueta y permanecer en casa si se está enfermo para evitar contagios.

Apoyemos al mantener un flujo de información libre de fake news y de difusión de noticias sin sustento científico. Ello promueve una salud mental pública provista de datos serios, responsables y verificados, como lo subrayó Chertorivski en entrevista.

Gabriela Estrada Espínola es licenciada en Comunicación por la Universidad Simón Bolívar y Maestra en Periodismo sobre Políticas Públicas por el Centro de Investigación y Docencia Económicas, CIDE. Ha colaborado en diversos medios y agencias de publicidad. Twitter: @GabaMaiden

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