Categorías
Uncategorized

Formas en las que tu salud mental se relaciona con tu salud reproductiva

La salud reproductiva y la salud mental son temas que pocas veces se relacionan, pues no se piensan desde la política pública como una mancuerna para atender y prevenir factores biopsicosociales que crean puntos débiles y una mala salud mental para nosotras, las mujeres.

Cuando los servicios públicos de salud son muy limitados, somos testigos de cómo van dejando al último algunos problemas de salud mental y/o problemas reproductivos, que a la larga comprometen de diferentes maneras el bienestar del sector femenino. Ouch.

Por ello, es importante recordar que la salud mental está influenciada por circunstancias sociales en las que las mujeres tenemos un mayor riesgo de problemas de salud, ya sea porque nos enfrentamos a una gran carga familiar, a problemas de pobreza y a poca influencia en decisiones financieras.

Para cachar mejor la idea, es importante explicar entonces qué son los factores biopsicosociales, pues éstos influyen en el bienestar y en el desenvolvimiento de una persona cuando se habla de enfermedades, trastornos o de sus discapacidades.

Los factores biopsicosociales se dividen en tres tipos: los biológicos, relacionados a la genética y a lo físico; los sociales, que tienen que ver con el contexto cultural, entorno familiar, relaciones sociales y condiciones socioeconómicas; los psicológicos, como conductas, pensamientos y emociones.

Ilustración: Vía Julia Kotowski.

Comprenderlos ayuda a entender por qué crean vulnerabilidad y tendencia hacia una mala salud mental, pues suponiendo (por ejemplo) que se trata de un factor psicosocial relacionado a las condiciones socioeconómicas, hablamos de una persona que no tiene suficiente dinero o ingresos para acudir al médico y que, por ende, necesita de contar con programas que mitiguen los efectos negativos en su salud física y mental (estar enfermo no está muy padre que digamos).

Podemos encontrar un ejemplo actual en los casos de depresión posparto y en la reducción de la lactancia, que a su vez, explican los retrasos en el desarrollo que se observan en niños nacidos de mujeres con depresión, durante y después del embarazo. El estudio realizado por la Doctora Diane L. Putnick y publicado en la revista Journal of Affective Disorders, concluye que los médicos pueden reducir este riesgo ofreciendo tratamiento para la depresión durante y después del embarazo, además de asesorar a las nuevas mamás sobre cómo dar pecho a sus bebés con éxito.

Foto: StockSnap vía Pixabay.
Foto: StockSnap vía Pixabay.

Salud reproductiva y salud mental

La salud reproductiva es la capacidad de cada persona de tomar decisiones informadas, libres y responsables respecto de su reproducción, por lo que significa que tiene derecho a decidir información y acceso a métodos anticonceptivos seguros, además de acudir a servicios de salud que le ayuden a seguir procesos reproductivos sanos y seguros.

Los problemas de salud mental pueden desarrollarse como consecuencia de problemas o eventos de salud reproductiva, como lo pueden ser la falta de elección en decisiones reproductivas, el embarazo no deseado, el aborto no seguro, las complicaciones de embarazo, las infecciones de transmisión sexual, la infertilidad, por mencionar algunos. 

Cuando tomamos en cuenta que la salud mental y emocional juegan un papel importante en la toma de decisiones sobre la salud reproductiva, su resultado puede influir en la capacidad de una persona para tomar decisiones informadas sobre su salud sexual, su salud reproductiva y en su acceso a atención médica. 

Una perspectiva que resalta la intersección entre salud reproductiva y salud mental de manera negativa, es la violencia obstétrica, que es una forma de violencia de género normalizada y muy invisibilizada en la que las mujeres experimentan algunas o varias de las siguientes situaciones al recibir atención en los servicios de salud: maltrato físico, humillación y abuso verbal, procedimientos autoritarios para imponer un método anticonceptivo o para realizar una cesárea, violación a la confidencialidad, violación a la privacidad, obtención de consentimiento de forma involuntaria o con deficiencia de información, negación al tratamiento, detención de mujeres y recién nacidos por imposibilidad de pago.

Entender cómo la vulnerabilidad afecta a la salud mental y a la salud reproductiva, nos da una visión más clara sobre la calidad de vida que puede tener una persona conforme a los servicios sanitarios a los que tiene acceso. Lo mismo ocurre en el marco legal, respecto de los derechos a la igualdad, a la no discriminación, a la información, a la integridad, a la salud y a la autonomía reproductiva, a fin de eliminar todas las formas de discriminación contra la mujer.

Vivir violencia obstétrica puede tener efectos duraderos en la percepción de la maternidad, la autoestima y la relación con el bebé recién nacido. Por supuesto que también puede contribuir a la perpetuación de la desigualdad de género y aumentar el riesgo de problemas de salud mental, como la depresión posparto y el estrés postraumático.

Foto: Zheng shi vía Pixabay.
Foto: Zheng shi vía Pixabay.

Vulnerabilidad y tendencia a una mala salud mental

La comprensión de la vulnerabilidad poblacional necesita no sólo de expertos en el tema, sino también de una ciudadanía informada sobre la importancia de una salud más inclusiva y sensible a las realidades individuales y contextuales, una ciudadanía que sabe que se beneficia de visiones completas y equitativas sobre las necesidades de las personas en situación de riesgo, a fin de que nadie se quede atrás al recibir servicios públicos de salud.

Cuando no se cuenta con los servicios de salud pública adecuados, se vive mayor marginación y a la vez, no se diseñan, ni se coordinan, ni se evalúan las acciones necesarias para enfrentar problemas de política pública sanitaria. Mucho menos se ven movimientos políticos traducidos en acciones que generen cambios en la vida de la ciudadanía.

Aspectos de la salud mental en la salud reproductiva femenina

«Mental health aspects of women´s reproductive health« contiene toda la evidencia disponible en relación entre la salud mental de las mujeres y aspectos relacionados a su salud reproductiva. Esta investigación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), incluye a países de ingresos altos, medios y bajos, en la que sugiere a las autoridades de salud la promoción de políticas públicas, la creación de programas y la reorientación de los servicios para satisfacer las necesidades de salud mental de las mujeres durante su vida reproductiva.

Entre los temas que aborda el estudio y, de los que poco se habla en las instituciones públicas, se encuentran: la mortalidad materna, la morbilidad prenatal, la morbilidad posparto, el desarrollo infantil y la relación madre-hijo, así como las muertes maternas por violencia infligida.

Básicamente la investigación de la OMS explora las maneras en las que la salud mental de las mujeres se intersecta con su salud reproductiva, desde la interconexión de género y los derechos humanos, especialmente los derechos reproductivos.

Foto: Lorri Lang vía Pixabay.
Foto: Lorri Lang vía Pixabay.

Abandonar los estigmas sociales

Si alguna vez te sentiste o te hicieron sentir loca porque mencionaste que tu salud reproductiva afectaba tu salud mental, querida, no estabas en ningún error, especialmente cuando los contrastes crecen de manera significativa entre países industrializados y países en vías de desarrollo en materia de servicios de salud reproductiva, con base en el estatus social de las personas o de la ciudadanía en general.

Recordemos que los servicios de salud reproductiva deberían incluir: acceso a la contraconcepción, atención prenatal, instalaciones seguras en las que se pueda dar a luz, así como personal capacitado para brindar atención durante el embarazo, el parto y el posparto; el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades de transmisión sexual, incluído el VIH, el tratamiento de la fertilidad y la atención a mujeres con embarazo no deseado.

La falta de oportunidades o de entera participación en actividades económicas y académicas, le resta poder a las mujeres, especialmente en países en vías de desarrollo, en los que la relación entre salud mental y salud reproductiva no se toman en cuenta e imponen una carga considerablemente mayor en la vida de las mujeres.

La humanización, profesionalización y actualización de los servicios de salud es entonces la clave de una buena relación entre la salud mental y la salud reproductiva, mismas que deben ser atendidas y relacionadas de manera integral considerando también la salud física, a fin de lograr un bienestar completo, una buena relación de las personas con su propio cuerpo y, por supuesto, confianza en los profesionales de la salud

Fuentes: 

Putnick, D.L. (2023, 01 de marzo). Maternal antenatal depression’s effects on child developmental delays: Gestational age, postnatal depressive symptoms, and breastfeeding as mediators. Journal of Affective Disorders. https://tinyurl.com/29qnzcp9 (Putnick, 2023).

Grupo de Información en Reproducción Elegida, GIRE (2020). Atención de la salud reproductiva. Respuestas a preguntas frecuentes. https://tinyurl.com/26obmbrl (GIRE, 2020).

Grupo de Información en Reproducción Elegida, GIRE. Capítulo 4. Violencia Obstétrica. https://tinyurl.com/28kzag2g

Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, CDHCM. (2023, 19 de enero). Boletín 06/2023. CDHCM celebra sentencia de la COIDH que reconoce por primera vez la violencia obstétrica como una forma de violencia basada en el género. https://tinyurl.com/28ugpgah (CDHCM, 2023).

Instituto Nacional de Salud Pública, INSP. (2019, 25 de noviembre). La violencia obstétrica también es violencia contra la mujer. https://tinyurl.com/22nh38w5 (INSP, 2019).

Suprema Corte de Justicia de la Nación, SCJN. Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW, por us siglas en inglés). https://tinyurl.com/29ymph4g

Astbury, J; Cabral de Mello, M;  Cottingham, J; Fisher, J; Izutsu, T y Pinel, A. (2009). Mental health aspects of women’s reproductive health. A global review of the literature. World Health Organization and United Nations Populations Fund. https://tinyurl.com/2d4hxbwd (WHO/ UNFPA, 2009).

Gabriela Estrada Espínola es licenciada en Comunicación por la Universidad Simón Bolívar y Maestra en Periodismo sobre Políticas Públicas por el Centro de Investigación y Docencia Económicas, CIDE. Ha colaborado en diversos medios y agencias de publicidad. Twitter: @GabaMaiden

En Sucursal Fauces, tus donaciones son de gran ayuda para continuar haciendo lo que tanto nos gusta, investigar para ti, ofreciéndote un fresco y nuevo periodismo sobre salud mental pública.

Hablamos tu idioma, este es tu espacio.

Categorías
Uncategorized

Formas de mantener la calma en momentos emocionalmente estresantes

Validar tus emociones te ayuda a resolverlas, evitar conflictos y generar mejores opciones para tu vida

Fue en mayo de 2020 que el aumento en los niveles de estrés, la inseguridad económica y alimentaria, así como el confinamiento derivado de la COVID-19, elevaron también los niveles de violencia doméstica en México, hecho que fue enfatizado por el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF por sus siglas en inglés) ese mismo año.

Una de las poblaciones más afectadas fue la infantil, que a partir del cierre de las escuelas, debido a la pandemia, perdieron capacidad de visibilizar sus casos de maltrato, al pasar más tiempo con sus posibles violentadores; ello fue documentado en la Revista Económica Latinoamericana (Latin American Economic Review) a través de los investigadores Francisco Cabrera Hernández y María Padilla Romo, quienes aseguraron que la ausencia de reportes no es más que violencia oculta.

via GIPHY

Generar conciencia de las emociones

Bajo ese contexto y en entrevista para Sucursal Fauces, Maricela Fonseca, psicóloga y maestra en Orientación Educativa del Centro de Atención Integral (CAI), Psicólogos D.F., habló de la importancia de que los niños crezcan en un espacio de calma, generando conciencia de sus emociones e identificándolas, a fin de conseguir la calma, especialmente en un contexto de pandemia como el que se vive actualmente.

Prevenir la violencia intrafamiliar y fomentar espacios sanos al interior de los hogares es responsabilidad principalmente de los adultos que estén a cargo en casa, quienes a su vez, viven momentos difíciles o experiencias personales, que en ocasiones no les permiten enfrentar de la mejor manera al estrés, enojo y frustración derivados del aislamiento obligado para todos.

En el caso de niños de seis a nueve años, la maestra Fonseca recomienda enseñarles a identificar sus emociones para que no se pierdan en ellas y sean dueños de su calma, sabiendo perfectamente qué es lo que les molesta y cómo pueden manejarlo.

via GIPHY

Qué se controla y qué no

Igualmente, la especialista compartió que, conforme a la experiencia que ha tenido ofreciendo talleres de apoyo a esta comunidad, los niños se muestran muy aburridos, ansiosos y nostálgicos de volver a ver a sus compañeros de clase. Sin embargo, menciona que parece que aún no dimensionan los alcances de la COVID, pero culpan a sus padres y madres de que no pueden salir, mientras ellos sí lo hacen. Sienten su autonomía limitada, además de mucho agotamiento tras un año de encierro.

Sobre aquellos niños a los que sus padres sí les permiten ir a hacer compras a lugares cercanos, a pesar de ser muy pequeños, Fonseca comparte que en esos casos, los niños se pierden en límites al olvidar las medidas de sana distancia y, por ende, pueden quedar vulnerables a otras personas.

En suma, para aquellos pequeños que pasan mucho tiempo en casa a razón de la COVID-19, la especialista recomienda retomar emociones, especialmente sobre las situaciones externas que les generan esos sentimientos (y que no controlan), con el objetivo de observar hacia afuera y ver qué genera eso en ellos: ansiedad, nerviosismo, etc. Contar con ese radar de emociones, facilita el evitar la frustración y la impotencia.

via GIPHY

Efectos del aislamiento por COVID-19

Respecto de los efectos del aislamiento que sufren los adolescentes, la psicóloga propone que se les centre en su etapa de desarrollo, al hacerles saber lo valiosos e incidentes que son, además de hacerlos conscientes y enseñarles que pueden hacerse cargo de sus emociones. 

Por otro lado, para los adolescentes, la pandemia podría resultar más compleja, siendo que se encuentran en una etapa en la que el tema de socializar es de gran relevancia para encontrarse con sus iguales, aprender normas, contar con figuras a respetar, es decir, todo aquello que dibuja su definición de sí mismos.

Con base en la experiencia que ha tenido Fonseca con este grupo, comparte que se dan varios síntomas depresivos, así como irritabilidad, pérdida de energía, pérdida de motivación y, lo peor, ya poco toleran la modalidad en línea de la escuela, pues los satura y los expone a estrés constante. Aquí es donde su familia no ha de dejarles de prestar atención, pues corren más riesgos de desarrollar trastornos de conducta alimentaria y diferentes síntomas negativos por falta de distractores.

via GIPHY

Incluso Maricela apunta que, en el caso de los niños y adultos, se presentan emociones ambivalentes, en las que, ambos, se sienten bien de poder compartir más tiempo con su familia, pero frustrados también por no poder estar más que en casa.

Cómo mantener la calma

En resumen, la formas que la maestra Fonseca recomienda para mantener la calma en momentos emocionalmente estresantes son:

  • Validar sentimientos, emociones e ideas
  • Una vez validadas, resolver las emociones y conflictos que generan
  • Ello dará pauta para que se generen alternativas u opciones de cómo se puede salir de ese momento o sensación desagradable

Lo anterior, da tanto a niños, adolescentes y adultos la oportunidad de saber que cuentan con soluciones y con opciones. Por ejemplo, quienes cuentan con la oportunidad de tener internet en casa, pueden buscar soluciones sencillas para los niños y niñas, como lo pueden ser recetas de cómo hacer masa tipo play doh, ejercicios de respiración y música relajante.

via GIPHY

En contraste, están las familias que no cuentan con la posibilidad de acceder al internet y para quienes la única forma de hacerlo, es muy costosa y efímera, por compra de saldo de celular, que usan hasta donde llegue. En esos casos y en general, el que los más jóvenes reciban atención socioemocional por parte de sus familias, requiere de adultos regulados para poder regular a niños y adolescentes.

Mientras las niñas y niños son personas desbordadas que están en regulación y desarrollo, los adultos antes de reprenderlos, deben asegurarse de estar regulados. Es decir, la psicóloga Fonseca recomienda que si tuvieron un día pesado en el trabajo o con cualquier tema de la vida adulta, los padres y madres han de:

  • Reconocer su posible enojo, cansancio o frustración
  • Saber que se sienten sobrepasados
  • Saber que no están en un punto de equilibrio

via GIPHY

Después, tomar un vaso con agua y despejarse antes de atender cualquier tema complejo en casa relacionado con los hijos, a fin de:

  • Manejar el tema o conflicto, ya regulados, tranquilos
  • Preguntar de manera calmada qué es lo que necesitan (suponiendo que lloran o hacen un berrinche)
  • Negociar lo que sucede
  • Ser inflexibles o no acompañarlos en el intento de romper límites establecidos por otro adulto a cargo de su cuidado, a fin de que también aprendan que no se puede controlar ni resolver todo siempre
  • En dado caso, calmarlos, regular estrategias, solucionar problemas y hacerles saber qué controlan y qué no

En general, mantener la calma en momentos difíciles, trata de un trabajo cognitivo que lleva a las personas a pensar qué piensan de lo que les pasa, pues eso es lo que les genera sufrimiento y, por ello, la gran importancia de que aprendan a  validar emociones, a fin de vivir una vida más plena y con mejores opciones.

Maricela Fonseca, es psicóloga y maestra en Orientación Educativa del Centro de Atención Integral (CAI), Psicólogos D.F. Ofrece talleres de desarrollo integral neuropsicológico, psicológico y de lenguaje para niños y niñas.

Facebook: https://www.facebook.com/Psicologosdf87

Teléfono móvil: 55 32 40 33 36.

En Sucursal Fauces, tus donaciones son de gran ayuda para continuar haciendo lo que tanto nos gusta, investigar para ti, ofreciéndote un fresco y nuevo periodismo sobre salud pública mental.

Hablamos tu idioma, este es tu espacio.

Click to Donate

Categorías
Uncategorized

Estudios de opinión pública, potencial herramienta para dimensionar la salud mental en tiempos de COVID-19

Las encuestas constituyen una pequeña radiografía de los efectos de la pandemia sobre la población, en las que emociones, vulnerabilidad y discriminación se han vuelto tema que habrían de considerar las políticas públicas contemporáneas

Sin duda, el coronavirus está afectando la salud mental de millones de personas y dejará secuelas que veremos en los próximos años y, posiblemente, décadas. ¿Cuántas veces ha sentido miedo de enfermarse de COVID-19? ¿Cuántas veces ha tenido una discusión con su pareja, hijos o algún familiar? ¿Cuántas veces ha tenido preocupaciones laborales o económicas?

El estrés, aislamiento social, pérdidas familiares, pérdidas laborales, económicas o temor a ser contagiado siguen impactando nuestras emociones y sentimientos a pesar de que los gobiernos ya están relajando gradualmente la cuarentena. Para tener un esbozo de cómo nuestra psicología ha sido afectada en los últimos meses, los estudios de opinión pública son una buena herramienta que pueden darnos una dimensión de este fenómeno.

Con el objetivo de ilustrar esto, hago uso de información obtenida a través de distintas encuestas en Argentina y, con ello, daré una pequeña radiografía. Primero, detallaré un poco del contexto de la pandemia, después mencionaré algunas emociones que han sentido las personas, posteriormente, continuaré con algunos datos sobre la situación de vulnerabilidad de la mujer y, finalmente, un dato sobre la discriminación.

Foto: Pixabay.

Todo comenzó el pasado 3 de marzo cuando se detectó el primer caso de COVID-19 en la capital Buenos Aires, el 20 del mismo mes el gobierno del presidente Alberto Fernández declaró la entrada en vigor en todo el país del “Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio” (ASPO). A partir de esa fecha, la sociedad argentina ha estado envuelta en la cuarentana más larga de la que sus ciudadanos tengan memoria.

Ante la pandemia, el miedo a enfermarse es el primer sentimiento que surge entre la población. El miedo es una reacción psicofisiológica de los seres humanos frente a un estímulo externo adverso, deriva en otras sensaciones como la desconfianza, preocupación, ansiedad y nerviosismo. La encuesta de la consultora Giacobbe & Asociados del 17 de junio de 2020 hecha a 2,500 personas con dispositivos móviles muestra que 75% de los argentinos tuvo algún nivel de miedo a la COVID-19. La mitad de los entrevistados estaba de acuerdo con prolongar la cuarentena hasta finales de julio, a pesar de que 56% de ellos afirmaron que su economía familiar no aguantaría otro mes.[1]

También, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) realizó una encuesta en 2,600 hogares argentinos, de ella se obtuvo que 36% de los adolescentes presentaron algún sentimiento negativo como estar asustado, angustiado o deprimido. En 20% de los hogares se identificó más enojos y discusiones entre los miembros de las familias que involucraban a los padres, hijos y demás habitantes del hogar.[2]

Foto: Pixabay.

Las mujeres argentinas han sido vulnerables en esta crisis. La encuesta de UNICEF señala que 51% de las mujeres entrevistadas mayores de 18 años expresó que, durante el aislamiento social, tuvo una mayor carga de las tareas del hogar. Las causas de la sobrecarga fueron la limpieza de la casa, la tarea de cuidados, la preparación de la comida y la ayuda con las tareas escolares. Por otro lado, datos del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad apuntan que, a partir del inicio de la cuarentena, tuvieron un incremento de 39% de llamadas telefónicas para brindar atención y orientación a mujeres sobre violencia de género.

Otro fenómeno social que está afectando a la ciudadanía es la estigmatización de padecer COVID-19. Una encuesta online de 1,200 entrevistas de Zuban Córdoba y Asociados muestra que ser portador o sospechoso de esta enfermedad está, en estos momentos, como una de las cinco razones por la que un ciudadano es discriminado en Argentina.[3]

La pandemia está generando sentimientos de ansiedad y estrés tóxico que deriva en daños a la salud mental de la población. Si bien el esfuerzo mayúsculo de los gobiernos ha sido tratar de contener el contagio del coronavirus, también deben incluir políticas públicas encaminadas a recuperar el estado emocional de los grupos más afectados. Generar acciones en el mediano plazo ayudará a evitar el incremento de conductas antisociales como el acoso, agresión, robo, discriminación, consumo de drogas, entre otros.

*Porfirio Cruz Vázquez es especialista en comunicación política y opinión pública.


[1]  El estudio puede consultarse en http://giacobbeconsultores.com/descargas/informeVI_junio_2020_covid19.pdf

[2] https://www.unicef.org/argentina/comunicados-prensa/covid-19-unicef-encuesta-percepcion-poblacion

[3] El estudio puede consultarse en https://zubancordoba.com/portfolio/informe-nacional-junio-2020/

En Sucursal Fauces, tus donaciones son de gran ayuda para continuar haciendo lo que tanto nos gusta, investigar para ti, ofreciéndote un fresco y nuevo periodismo sobre salud mental pública.

Hablamos tu idioma, este es tu espacio.

Click to Donate
Categorías
Uncategorized

Ser vulnerable en la nueva normalidad

Ante la reapertura paulatina de negocios en 18 estados de la República, los centros recreativos y las escuelas permanecerán cerrados, al ser los puntos que concentran más gente . Ser vulnerables podría ser nuestra gran arma secreta en este nuevo contexto

El próximo primero de julio en la ciudad de México se reabrirán los restaurantes y hoteles con aforo limitado a un 30% de su capacidad. Mientras que ¿adivinen? para los melancólicos de los tianguis, éstos volverán a operar el 2 de julio, seguidos de las peluquerías, que podrán abrir y dar servicio sólo con cita previa.

Los centros comerciales y tiendas departamentales, también se sumarán a la reapertura económica que ha implicado la COVID-19, el 6 de julio, ambos casos con aforos y horarios limitados. A este anuncio pronunciado por la jefa del gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, se sumó que los restaurantes afortunados que cuenten con terraza, podrán abrir en un 40% de su capacidad.

Pero si les urge rezar, las iglesias seguirán cerradas, al igual que los cines, los teatros, los museos, las salas de conciertos, los gimnasios, los bares, los antros, las escuelas, los parques de diversiones, las oficinas y los salones de eventos. 

Foto: Pixabay.

Para la próxima semana, estaremos viviendo en la fase de un semáforo naranja, que indica una reapertura paulatina que conlleva estrictas medidas sanitarias, sabiendo que la pandemia sigue. Son 18 estados los que arrancarán bajo este indicador: Aguascalientes, Baja California Sur, Campeche, Chiapas, Chihuahua, Ciudad de México, Coahuila, Durango, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Tamaulipas, Veracruz, Yucatán y Zacatecas. Tanto en los estados con semáforo rojo, como en los que comienzan en naranja, el cubrebocas continúa como un elemento imprescindible en la llamada nueva normalidad.

Dentro de todo ese cúmulo informativo y de nuevas reglas por investigar y acatar ¿Qué es lo que extrañamos? ¿Bailar? ¿Beber y celebrar en gran compañía? ¿Conocer nuevos lugares y personas a través de la historia proyectada en una sala de cine? ¿Todo lo ha suplido Netflix? ¿Zoom? ¿El YouTube? Seguramente muchos de ustedes dirán que no, aunque también habrán encontrado nuevas formas de vivir el contexto actual, sin que ello implique que haya sido fácil.

Esa vulnerabilidad que ha abrazado a todos, al abrir los ojos en medio o fuera de los semáforos epidemiológicos, podría ser una gran bofetada, especialmente cuando la cotidianidad nos quitó el coraje de ser imperfectos, porque serlo implicaba entrar en crisis, sufrir vergüenza y miedo.

Foto: Pixabay.

La académica e investigadora de la Universidad de Houston, Brené Brown, señala que se puede experimentar de mejor manera la conexión y la autenticidad, al ser amable primero con uno mismo, para poder serlo con los demás. En medio de un contexto totalmente matizado por la pandemia de coronavirus en el que las noticias, las experiencias propias y la vida en general va de una nueva normalidad a otra, quizá requiera ese coraje de ser imperfectos, sabiendo que el miedo es detonador de la creatividad, de la pertenencia.

Brown enfatiza que constantemente se adormece a la vulnerabilidad, ya sea a través de deudas, drogas, obesidad y todo exceso; sin embargo, resalta que las emociones siguen ahí y que  el ciclo se vuelve peligroso, a pesar de que se va en busca de propósito, pues no hay conversación, sólo incomodidad o dolor que trabajan en perfeccionarse.

¿Qué se puede hacer con esa vulnerabilidad? Asumirse imperfectos, dejarse ver a profundidad, aunque no haya garantías, saber que se está para luchar, pero también que se es digno de amor y de pertenencia.

Foto: Pixabay.

Practicar la gratitud y la dicha en momentos de terror y ser capaces de agradecer, además de expresar vulnerabilidad, implica que estamos vivos y, lo más importante es creer que somos capaces. Porque cuando trabajamos desde ese lugar, dejamos de gritar y empezamos a escuchar, somos más amables con la gente que nos rodea y con nosotros mismos. Ahí, comienza la conexión, enfatiza Brené.

Gabriela Estrada Espínola es licenciada en Comunicación por la Universidad Simón Bolívar y Maestra en Periodismo sobre Políticas Públicas por el Centro de Investigación y Docencia Económicas, CIDE. Ha colaborado en diversos medios y agencias de publicidad. Twitter: @GabaMaiden

En Sucursal Fauces, tus donaciones son de gran ayuda para continuar haciendo lo que tanto nos gusta, investigar para ti, ofreciéndote un fresco y nuevo periodismo sobre salud mental pública.

Hablamos tu idioma, este es tu espacio.

Click to Donate



Categorías
Uncategorized

Las vulnerabilidades y amenazas podrían ser herramientas de ayuda para salir de las crisis

La COVID-19, de alguna manera ha venido a cambiar las formas en la que empresas e individuos se desarrollan, compiten, interactúan y se ayudan entre ellos, situación que podemos capitalizar a favor de todos

Amenaza y vulnerabilidad, dos aspectos que se ven dimensionados de manera distinta de frente a la pandemia y, que de manera directa, tienen un impacto distinto en cada una de las personas no sólo a nivel psicológico, sino también en lo económico y lo biológico.

Conforme a la Organización Panamericana de la Salud (PAHO por sus siglas en inglés) cuando la epidemia de gripe H5N1 afectó al mundo, quien entonces era su director, el Doctor Lee Jong-wook previno al Consejo Directivo de la PAHO sobre el riesgo de no tomar en serio la amenaza de la pandemia de la gripe aviar, pues el no prepararse tendría consecuencias complicadas. En aquel entonces, Lee Jong-wook hizo énfasis en que una pandemia mundial “no puede encontrar a ningún gobierno desprevenido”.

De nuevo la amenaza y la vulnerabilidad se regresan como bumerangs, especialmente cuando las comunidades no se ven atendidas por sus gobiernos al ser estos sobrepasados por la magnitud e implicaciones del virus entre la población o, en casos peores, ante su propia indolencia. 

Foto: Vía Pixabay/ Sumanley xulx

En ese sentido, en México el domingo 5 de abril se anunciará el plan de acción del gobierno ante la COVID-19, del que se adelantó que incluirá propuestas de salud, economía y empleo; ello puede desvelar qué tan bien o pobremente está preparado para enfrentar a la pandemia en los planos que señala. Se sabrá qué tipo de seguimiento y monitoreo han hecho y si la evaluación puede medir bien los impactos que se esperan en políticas públicas.

A pesar de ello, la sacudida que el virus implica en nuestras vidas no se le puede confiar a un gobierno o a una instancia del todo. Sí, han de cumplir con sus obligaciones y por cuenta nuestra habremos de exigirles lo que corresponde, pero de nueva cuenta cuando las pérdidas pueden tener efectos diferenciados sobre los diferentes grupos poblacionales como lo señala la PAHO conforme a la experiencia de 2014, una opción viable es al menos el comenzar a pelotear nuevas ideas de cómo adecuarse al “nuevo” entorno reestructurando nuestros modos de vida como lo han hecho ya otras especies.

La COVID-19, de alguna manera ha venido a cambiar las formas en la que empresas e individuos se desarrollan, compiten, interactúan y se ayudan entre ellos, exigiendo a la par nuevas garantías en los planos de la salud, la economía, el trabajo y el bienestar. Parte del pensar el cómo capitalizarlo, habrá de estar en función de los dos factores que comentábamos al principio: la vulnerabilidad y la amenaza.

Foto: Vía Pixabay/ Skkiterphoto

Con la amenaza, porque es producto de la interacción con las condiciones externas, mientras que la vulnerabilidad  se genera de las condiciones internas de cada persona. En el plano de la salud mental, tal riesgo psicosocial, por supuesto también se relaciona con otros como lo pueden ser aquellos en materia sanitaria, económica, ambiental, laboral, etc.

Otro aporte de la PAHO en relación al registro de la experiencia epidemiológica de 2014, nos dice que reconocer las diferencias de vulnerabilidad de los distintos grupos poblacionales basándonos en el género, la edad y el nivel socioeconómico puede sumar un factor que nos ayude a conocer de qué manera la pandemia está impactando en la salud mental conforme a los recursos de cada persona y su capacidad de acceder a servicios médicos; observar cómo se han tenido que organizar los nuevos grupos de trabajo conforme al contexto del coronavirus y, por supuesto, detectar a los más vulnerables, aquellos a los que reconstruir sus vidas no les será tan fácil y que necesitarán apoyo social tras la COVID-19, habrían de ser parte de las tareas de reorganización en el planteamiento de nuevos modelos.

¿Qué efectos observas en tu entorno o en tu comunidad? Será de gran ayuda saberlo a fin de desarrollar temas que incidan y puedan ayudarte a ti y a tu círculo cercano.

Escríbenos a: sfauces@gmail.com 

Gabriela Estrada Espínola es licenciada en Comunicación por la Universidad Simón Bolívar y Maestra en Periodismo sobre Políticas Públicas por el Centro de Investigación y Docencia Económicas, CIDE. Ha colaborado en diversos medios y agencias de publicidad. Twitter: @GabaMaiden

En Sucursal Fauces, tus donaciones son de gran ayuda para continuar haciendo lo que tanto nos gusta, investigar para ti, ofreciéndote un fresco y nuevo periodismo sobre salud mental pública.

Hablamos tu idioma, este es tu espacio.

Click to Donate